Todos distribuimos el tiempo en las mismas cosas y lo que nos diferencia a unos de otros es la forma de hacerlo. Analicemos ante todo en qué ocupamos nuestro tiempo. Veamos:
1.La meditación: es una especie de aislamiento físico y mental en el que nos paramos a pensar y reflexionar. Si la imaginación se nos desborda respecto al pasado o al futuro, puede ser negativo, pero si, por el contrario, nos centramos en el aquí y el ahora, y reflexionamos, meditamos o nos relajamos, es positivo.
2.La actividad: el trabajo, los estudios, el deporte, las ocupaciones del hogar, los "hobbies", etc. Cualquier acción dirigida hacia el contacto con la realidad es una actividad.
3.Las relaciones: el contacto con los otros, diferenciando las relaciones que podríamos denominar intimas de las frívolas. En las primeras, compartimos emociones, experiencias y pensamientos, en una relación honesta de mutua compañía. Sin embargo, las frívolas están basadas en la relación social externa bajo pautas de buenos modales y educación.
Ahora, analiza cuánto tiempo dedicas a cada uno de estos tres apartados.
-¿Te paras a pensar? ¿Profundizas en tus pensamientos?, o ¿no tienes tiempo de reflexionar?
-La actividad, ¿cómo la distribuyes?
-En tus relaciones, ¿cuánto tiempo dedicas a la intimidad y cuánto a la gente? ¿tus relaciones íntimas (no hablamos de sexo) son gratificantes?
Organízate ya que es muy importante que según como inviertas tus horas, tu "activo" crecerá.
El tiempo es como el agua, que se escurre de entre los dedos.