Los estímulos visuales, las publicidades en los medios de comunicación, nos ofrecen una imagen distorsionada de la realidad. Más jóvenes y artículos más caros para una mejor vida. Aparentemente esas son las consignas del éxito y la felicidad.
Es imposible revertir el tiempo. Y también es difícil revertir una situación económica. Pero no es imposible mejorar nuestra calidad de vida. Sea cual fuere nuestro entorno social. Por eso, mi propuesta es transmitir mi experiercia a ustedes, mis conocimientos que día a día se van renovando y afirmar de que podemos hacer de nuestras vidas una gran aventura. No sólo para nosotros mismos sino para nuestras familias, amigos y redes sociales.
Primero: Aceptar la realidad tal cual es.
No siempre aceptamos nuestras circunstancias. Y tampoco nuestra imagen física. Allí comienza ese tortuoso misterio psíquico que produce resultados desastrosos: el desvínculo social y los roces familiares ( especialmente de pareja ). En la medida que pasa el tiempo, nuestro cuerpo cambia. Por qué no aceptarlo? Por qué someternos a cirugías dolorosas, costosas, que algunas veces causan disconformidad y obligan a una segunda praxis?
Es natural mejorar la imagen pero no desde la obsesión o desde el modelo que imponen los medios. Y afirmo, que nuestra imagen se ve mucho mejor si comenzamos por una depuración espiritual...