Cuerpo emocional o emociones:
Pedimos, reverentemente, a nuestra divinidad, que, por favor, relaje a nuestro cuerpo emocional.
Lo imaginamos con forma de huevo, como energía y tan pronto sintamos un estremecimiento, damos por terminado la relajación sobre el cuerpo emocional.
Agradecemos a la divinidad la ayuda prestada hasta este momento.¡
Cuerpo Causal:
Visualizamos otro huevo, pero esta vez de color lila, pensamos como si estuviera debajo del anterior.
En este momento, procedemos con la mayor reverencia posible. Tratemos de mantenerlos alejados de este archivo. Lo vemos de lejos y desde este punto, solicitamos a la divinidad que se encargue de la relajación de este archivo. Es posible que sintamos un estremecimiento. pero de no darse, después de diez segundos, agradecemos a la divinidad por su ayuda y damos por concluida la relajación del mismo.
Cuerpo Mental:
Lo visualizamos como un huevo mucho más grande que el causal y el emocional. Lo visualizamos de un color azul intenso, Pedimos a la divinidad que lo relaje.
Al darse el estremecimiento, agradecemos a la divinidad por ese favor y damos por concluida su relajación.
El Alma:
Nuestra atención recae, entonces, en nosotros mismos, en lo que somos, luego de relajar nuestros ropajes. Somos seres de luz y esa luz la ponemos a disposición de nuestra divinidad, para que la relaje Dada la relajación, que en este punto es imperceptible; Agradecemos a nuestra divinidad el recorrido. Solicitamos entonces la armonización de nuestros ropajes con nuestra alma; lo hacemos igual que como cuando estamos agrupando bloques de hojas; procuramos que todos los bordes queden debidamente alineados.
Si terminada la relajación pensamos en postulados que nos eleven, lograremos efectos agregados, y si los pronunciamos, sus efectos serán mayores, podemos decir, por ejemplo: salud, belleza, amor, prosperidad, felicidad, abundancia de cosas positivas, juventud, etc; sobretodo, si entregamos la dirección de nuestro día o sueño a nuestra divinidad con la confianza de que nuestro viaje por el mundo de los sueño o por nuestro mundo de vigilia está siendo dirigido por una inteligencia superior a nuestras capacidades físicas, emocionales, causales y mentales, por lo que todo será de aquí en adelante mejor de lo que hasta ahora hemos cosechado.
Con ese pensamiento, con esa actitud, damos por concluida nuestra relajación.
Autor: Francisco Doria