Los muertos, es decir, esos espíritus que nos acompañan a lo largo de nuestra vida, pueden manifestarse a través del cuerpo de los vivos, poniendo en nosotros expresiones e ideas.
Dicen los maestros de sabiduría, que cuando un descubrimiento está listo para ser puesto en manos de los humanos, ellos escogen a la persona indicada para dar con él y lo guían para que lo consiga.
Del mismo modo llega a la mente de los creadores muchas de sus ideas creativas. Los poetas, los escritores, los músicos, los pintores, reciben muchas de sus ideas novedosas, de esos seres que los asisten y acompañan durante el proceso creativo. Tal vez por esto las inspiraciones llegan muchas veces cuando más despreocupada está la persona receptora. A veces el creador tiene la mente en blanco. Se encuentra descansando de sus tareas diarias, y es justamente en medio de ese vacío mental, cuando los seres espirituales se le acercan para dejarle caer alguna idea brillante.
Pero todo esto es aún más complejo. Hay un momento en que los muertos hablan, por nuestra boca sin que nosotros seamos conscientes de eso. A veces vemos que decimos cosas que no queremos decir. Son esas cosas que se dicen sin pensar, y a veces esas palabras pueden cambiar para siempre el curso de nuestras vidas.
Hay parejas que se rompen para siempre por una frase dicha así, sin pensar. A veces uno le dice al otro precisamente esa frase que la otra persona no está dispuesta a tolerar. Así actúan las fuerzas espirituales cuando entienden que deben romper una relación.