La menta de lobo (lycopus eurpeaus) es una hierba vivaz, perteneciente a la familia de las labiadas. Se encuentra fácilmente en terrenos ricos en nitrógeno. Esta planta fue muy usada durante la edad media para curar la malaria. Florece en verano. Para fines terapéuticos se utiliza toda la planta.
Usos medicinales
En su composición se haya un un glucósido amargo llamado licopina, pequeñas cantidades de esencia y algunos ácidos, como el málico y el tánico. Es además una planta muy rica en sales minerales. Antiguamente, la menta de lobo servía para tratar la hiper secreción de la hormona tiroidea, por su alta concentración en sales fluoradas, ya que estas tienen una acción antitiroidea, antagonizando a la toxina, al frenar el aporte de yodo. Se sabe que esta hierba contiene algunos taninos que ejercen una acción astringente y antihemorrágica. Como uso externo se ha usado para curar heridas y llagas (efecto vulnerario). Sin embargo, tiene una contraindicación muy lógica: en casos de funcionamiento escaso de la hormona tiroidea, es decir, en problemas de hipotiroidismo. De todas formas, aunque no es una planta tóxica, su uso debe estar bajo vigilancia médica, que es siempre la mejor forma de prevenir efectos no deseados, en cualquier medicamento.
Infusión
Se prepara a partir de una cucharada pequeña de la planta, debidamente troceada y desecada, por taza. Una vez preparada la infusión, se pueden tomar hasta 3 tazas al día.
Tintura
A razón de 30 gotas de tintura de menta de lobo, tres veces por día. La preparación de esta fórmula es mejor dejarla en manos de personal autorizado. Lo que si se puede hacer de manera casera, es extraer el jugo de la planta fresca y consumirlo en cantidad de 2-3 cc. veces al día.
Fuente: Revista Saber Vivir