En muchas de las culturas sobre las que nos ha tocado leer, alguna vez nos hemos encontrado la figura de personajes de gran tamaño a los que de alguna manera la historia casi siempre los ha calificado como seres asombrosos.
Los gigantes han sido sujetos de mucha admiración, pero también de temor por todas las sociedades, quienes han demostrado un profundo respeto por ellos y sus culturas.
A ellos los vemos aparecer tanto en leyendas como en crónicas nórdicas, griegas, hindúes, germanas, mayas, aztecas e incas, así como también en varios textos de la Biblia, tal como se narra en uno de los relatos más famosos de este sagrado libro, la lucha entre David y Goliat
Pero esto no solo se queda en los mitos o leyendas que inundan mucha de la información que tenemos del pasado, sino que también existen restos descubiertos por la arqueología que dan fe de todo esto.
Las antiguas y reconocidas culturas en México también han hablado de un mundo poblado por gigantes, los que fueron responsables de las megalíticas obras de arquitectura en esos territorios, pero que luego fueron devorados por los jaguares.
También se habla de ellos en la cultura Tiahuanaco del Perú, de la que se dice que su ciudad principal fue levantada por gigantes desconocidos, los cuales fueron destruidos por el sol, amén de una profecía. Y situaciones similares se narran sobre Macchu Picchu, Ollantaytambo, Sacsayhauaman y más al sur del continente, en la Isla de Pascua.
Lo cierto es que parece que mucha de esta información se guarda celosamente y no se vuelca a la totalidad de la población, tal como se hace con otros descubrimientos, pero no sabemos por qué.
Otras fuentes que guardan rastros de esta especie es la de algunos nativos norteamericanos, quienes afirman que estos gigantes eran el resultado de una especie de manipulación genética gestada entre seres de otros mundos y los humanos