Una de las más grandes bendiciones que podemos tener en la vida -a menos de que seamos millonarios y no lo consideremos necesario- es contar con un buen trabajo que nos guste y nos permita solventar nuestros gastos con tranquilidad.
El problema es que no todos tienen la misma suerte ni la fe en encontrarlo. Por ello algunas personas pasan más tiempo del debido “pateando latas” y se deprimen, llegando a pensar que no sirven para nada. Y cuando por fin lo consiguen no se sienten bien porque creen que se quedarán en el mismo puesto por siempre.
Precisamente, lo que más dificulta de lograr nuestros objetivos laborales es no sentirnos capacitados para cumplirlos. Así que antes de emprender un esfuerzo en vano hay que potenciar a la mente con una predisposición energética, la cual podemos obtener gracias a un ritual con sahumerio.
De manera general, los sahumerios se utilizan para purificar el ambiente en pos de un buen propósito, en este caso, seguir creciendo en nuestro trabajo. Para tal finalidad, necesitamos un plato blanco nuevo, carboncillo de incienso, incienso de mirra, varias ramas de ruda y romero, cerillos de madera y una vela de color oro o amarillo, en última instancia.
El ritual se lleva a cabo enciendo el carboncillo apoyado sobre el plato. Una vez que se ponga de color rojo, habrá que añadirle la mirra y las ramas de ruda y romero.
Cuando el humo se desprenda cada vez más, hay que llevarlo por todo el local -o si no se puede, por lo menos visualizar hasta dónde queremos ascender-, pronunciando estas palabras: “Fuerzas de la naturaleza, venid a este lugar y traedme la buena energía que necesito para progresar en mi trabajo”.
Mientras las repetimos de dos a cuatro veces más, encendemos la vela y esperamos a que el humo se consuma para luego botar las cenizas por el inodoro. Finalmente, mantengamos la vela cerca de nosotros hasta que también se consuma