Las personas que tienen baja autoestima no se ven con claridad. La consecuencia usual de ver una imagen tan distorsionada es un fuerte sentimiento de incompetencia, ya que parece que te comparas de forma muy pobre con los que te rodean.
Ejercicio: ¿Quien eres para ti mismo?
- Inventario de Auto-concepto: Escribe en un diario personal el mayor número de palabras y frases que puedas que te describan en las siguientes áreas:
1. Apariencia física. Incluye descripciones de tu altura, peso, aspecto facial, calidad de tu piel, pelo, forma de vestir, además de descripciones de áreas físicas específicas como tu cuello, pecho, cintura y piernas.
2. Cómo te relacionas con los demás.
3. Personalidad. Describe los rasgos positivos y negativos de tu personalidad.
4. Cómo te ven los demás. Describe las virtudes y debilidades que ven tus amigos y tu familia.
5. Conducta en el colegio o el trabajo.
6. Conducta en las tareas diarias de la vida.
7. Trabajo mental. Incluye aquí una valoración de lo bien qué razonas y solucionas los problemas, de tu capacidad de aprender y de la creatividad, tu fuente general de conocimiento, tus áreas de conocimiento especial, la sabiduría que has adquirido.
8. Sexualidad. Cómo te ves y te sientes como persona sexual.
Cuando hayas terminado el inventario, vuelve y pon un más en los puntos que representan virtudes o cosas que te gustan de ti mismo. Pon un menos en los puntos que consideras debilidades o que te gustaría cambiar de ti mismo.
- Enumerar Tus Virtudes: El siguiente paso en la auto-valoración exacta es reconocer tus virtudes. Como consecuencia del condicionamiento cultural y paternal, puede que te provoque ansiedad dar crédito a tus valoraciones.
Te has pasado años fijándote y puliendo tus cualidades negativas. Ahora dedica el mismo tiempo a tus virtudes. Fíjate en ellas. Simula que estás escribiendo una carta de recomendación para alguien que amas de verdad y que quieres que tenga éxito.
- Una Nueva Auto-Descripción: Escribe tus virtudes y debilidades en una auto-descripción exacta, justa y comprensiva. Debe ser una descripción que no huya de la verdad. Debe reconocer las debilidades que te gustaría cambiar. Pero también debe incluir las virtudes personales que son parte innegable de tu identidad.
- Celebra Tus Virtudes: Has enumerado las cualidades que tienes que valoras. Pero eso no significa mucho a no ser que puedas acordarte de ellas. Cuando la crítica te esté golpeando por ser estúpido o egoísta o con miedo a la vida, tienes que recordar tus virtudes para poder responderle. Los tres métodos siguientes te ayudarán a ser consciente de tus cualidades positivas.
1. Afirmaciones Diarias. Una forma de acordarte de tus virtudes es combinar varias de ellas en una afirmación.
2. Señales de recuerdo. Otro método para poner énfasis en tus virtudes y que se puede utilizar junto a las afirmaciones son las señales de recuerdo.
3. Integración Activa. Una tercera forma de incrementar la conciencia de tus virtudes es recordar ejemplos y momentos específicos en los que los demostraste con claridad. Cada día, selecciona tres virtudes de tu lista. Luego busca en tu pasado situaciones que ejemplifiquen esas cualidades particulares.