Comencemos por nuestro hogar, en nuestra casa las estructuras atómicas de techos, paredes, pisos, muebles y enseres reciben, día a día, una vibración que instantáneamente es almacenada, alegrías y tristezas, paz y violencia, amor y resentimientos, optimismo y pesimismo, claridad y confusión, prosperidad y escasez, todo queda almacenado en el cuerpo de energía del hogar y de acuerdo a la tónica mental de quienes la habitan, la casa tendrá un aura liviana, clara, acogedora y alegre o será todo lo contrario.
Nuestra casa es como un cáliz que recibe y almacena toda la energía que se genera dentro de ella.
Si la casa es lugar donde se tienen violentas discusiones, disgustos, peleas, gritos, malas palabras, insultos, o si su atmósfera queda cargada con las energías de dolores, sufrimientos, tristezas, depresiones, enfermedades y muerte, o cuando recibe las sensaciones y sentimientos desviados emanados por alcohólicos y drogadictos.
Cuando todo esto ocurre, la casa posee un ritmo lento, pesado, llena de malas vibraciones.
Hay otro elemento a tomar en cuenta y es el desorden, cuando tenemos objetos en nuestro hogar en un caos, bien dentro de un armario, maletero o cajón, es un lastre que impide la circulación de las energías positivas.
Cuando arreglamos poco a poco algo desordenado hay un efecto directo en nuestra psique pues los objetos están llenos de connotaciones y significados, además, al enfrentar el desorden en la casa liberamos energía para vivir el presente y al despejar la casa, despejamos la vida y el alma creando un espacio y energía disponible para el aquí y ahora.
También estaremos atentos a los objetos de nuestra casa, los cuales pueden aumentar o disminuir los niveles de energía. Elevarán nuestra energía debido a las asociaciones positivas que despiertan en nosotros, por ejemplo, una concha de mar traída de unas vacaciones alegres en la playa.
Otros objetos expansionan nuestra energía porque complacen a los sentidos, por ejemplo, un jarrón bonito para colocar flores.
Algunos objetos tienen una energía maravillosa debido al significado que les otorgamos, por ejemplo, el dedal que nuestra madre utilizó para coser o remendar nuestra ropa puede significar subconscientemente el amor que ella nos profesa.
Por otra parte, puede haber objetos que nos desagraden y experimentemos una energía negativa, es más, hay objetos que nos afectan a nivel subconsciente y que nos están vaciando de energía sin que lo sepamos. Por ejemplo, la lámpara que nos regaló la ""tía Hortensia"", quien critica constantemente y en forma destructiva todo lo que hacemos o pensamos, así pues, cada vez que prendemos la lámpara, ¡zuaz! Nos roba energía, ¿solución? Deshacete de la lámpara sin contemplaciones.