El chantaje emocional es un tipo de maltrato psicológico muy frecuente en las relaciones humanas, persigue, a veces de forma inconsciente, presionar al otro para que sienta, piense, diga o actúe como el chantajista quiere, de manera que, de no hacerlo así, estaríamos traicionándole. El chantajista desea que los demás se comporten a su antojo y, cuando no lo hacen, actúa como si fuera la víctima, la persona más sola del mundo o a la que nadie quiere, cuando su comportamiento persigue un único fin: mantenernos pendientes de sus sentimientos y deseos, explica el psicopedagogo Bernabé Tierno. ¿Tu pareja, tu amiga, tu suegra o tu hijo parece encantador y sufrido, pero detrás de su fachada de amabilidad y cercanía, suele esconderse una persona manipuladora y amenazadora?. ¿Cuando se sale con la suya, te premia con una reconfortante intimidad, se convierte en el encanto personificado pero si no consigue que te rindas a sus deseos e imposiciones, entonces recurre a sus tácticas de castigo haciéndose la víctima para que te compadezcas y hacerte sentir culpable de su sufrimiento?. Si tu respuesta fue sí, estás junto a un chantajista emocional. Si accedes a sus deseos, generalmente en perjuicio de los tuyos, esa persona te premia con afecto y atención, pero si no accedes, te castiga psicológica y emocionalmente. En casos graves puede llegar al acoso y a la agresión física si no logra sus objetivos, por lo que cuando el acoso y el abuso sean permanentes es aconsejable dar el paso de denunciarle, pues detrás de un maltratador psicológico suele esconderse un maltratador físico. Otra característica del chantajista emocional es su cinismo, con él intenta manipular a los demás. Los chantajistas emocionales son expertos en el arte de la manipulación y utilizan buena parte de su tiempo en maquinar sus abusos. Cada vez que renunciamos a lo que queremos para satisfacerlos y evitar sus rabietas, cada vez que cedemos a su chantaje, crece nuestro malestar y baja nuestra autoestima. Para escapar de la manipulación de los chantajistas emocionales y no volver a caer en sus trampas ni ceder a sus amenazas, se deben entender sus artimañas y enfrentarse a ellas. Lo primero que hay que comprender es que, sus tácticas manipuladoras funcionan solamente si se les permite, es decir, sin víctima no hay chantajista emocional. No cedas ante sus demandas. Al rendirte por temor a sus rabietas, ceder ante sus puestas en escena de "dar pena", enseñas al chantajista a manipularte. Tu sometimiento le recompensa y cada vez que lo gratificas con una acción determinada, le haces saber que puede repetirla. Cuando un chantajista emocional aumenta la presión para doblegarte, no debes doblegarte bajo ningún concepto, ya sea te digan cosas hirientes o lloren, para conseguir hacerte sentir culpable