A continuación podrás leer una guía de introducción al budismo y descubrir qué es el budismo, quién fue Buda Gautama (Siddharta Gautama), cuáles son las principales enseñanzas de Buda y cómo ser budista.
Te explicaré qué es el budismo desde su esencia más pura, libre de la contaminación de la religión y alejándome de todo aquello que tenga una visión falsa o distorsionada sobre aquello que el Buda Gautama predicaba.
Además, voy a contártelo desde la sencillez y evitando caer en terminologías demasiado complicadas y difíciles de comprender.
Este puede ser un primer paso para empezar a transformar tu vida y dirigirte hacia la paz, la felicidad y el bienestar. ¿Estás preparado?
1. Qué es el budismo
El budismo es un camino de enseñanzas prácticas, tales como la meditación, con el fin de alcanzar la realización máxima del ser y liberarse del sufrimiento.
Los practicantes budistas, a través de la práctica, buscan experimentar estados superiores de conciencia que les permitan comprender la verdadera naturaleza de las cosas, y consecuentemente liberarse de aquellos males que originan el sufrimiento.
El budismo es un camino de enseñanzas prácticas con el fin de alcanzar la sabiduría máxima y liberarse del sufrimiento.
El deseo, el apego y la ignorancia son la causa del sufrimiento humano.
En esencia, podríamos decir que el budismo es un camino de transformación hacia la sabiduría máxima, una ciencia contemplativa, aplicable a cada instante y en todas las circunstancias de la vida.
1.1. El budismo no es una religión
Cuando nos preguntamos qué es el budismo, debemos entender que no es una religión. Aunque es verdad que se han creado distintas religiones entorno al budismo, éste no nació como a una religión y nunca pretendió serlo, y así lo transmitió Buda, del cual hablaremos más adelante.
Como te decía anteriormente, el budismo es un camino de enseñanzas prácticas con el fin de alcanzar la realización máxima y liberarse del sufrimiento.
Por lo tanto, los practicantes buscan experimentar las enseñanzas propuestas por Buda, en vez de tomarlas como a simples creencias y tener fe en ellas.
El budismo no es una religión ni tampoco una simple filosofía de vida. El budismo es una práctica como lo es el yoga.
La religión es dogmática e incuestionable, y se fundamenta en la fe de sus seguidores. La gran mayoría de religiones creen que el mundo y la humanidad fueron creados por una fuerza o ser superior. A través de ritos, sacrificios, ceremonias y oraciones, la gente intenta establecer contacto con esa fuerza superior.
La filosofía usa un conjunto de razonamientos lógicos y metódicos, para sacar sus propias conclusiones sobre conceptos abstractos como las cuestiones últimas de la existencia humana. A diferencia de la ciencia, muchas de sus preguntas no pueden ser respondidas mediante el empirismo experimental.
Entonces, podemos concluir que la religión se fundamenta en la fe ciega en aquello que se propone aunque carezca de lógica, y la filosofía se fundamenta en aquellas conclusiones adquiridas a través de razonamientos lógicos pero que no pueden ser demostrados por la ciencia.
En ambos casos, en la religión no se puede experimentar esa fuerza o ser superior, y en la filosofía tampoco se puede experimentar aquello que concluye.
En cambio, las enseñanzas propuestas por el budismo tienen como fin llegar a experimentarse, igual que ocurre en todos los ámbitos de la ciencia.
A continuación hay una frase del maestro budista Thich Nhat Hanh, aunque no esté del todo claro su origen, que da mucho que pensar y que nos enseña que el budismo no rechaza ni desplaza ninguna religión o corriente filosófica.
Existe la idea errónea de que el budismo es una religión y que en ella adoras a Buda. El budismo es una práctica como lo es el yoga, puedes ser cristiano y practicar el budismo a la vez. Conocí una vez a un sacerdote católico que vive en un monasterio budista en Francia. Él me dijo que la practica del budismo le hace un mejor cristiano.
Thich Nhat Hanh
1.2. La ética del budismo
En el budismo existen un conjunto de preceptos éticos, pero a diferencia de la religión, existen no como imposición sino como guías de práctica.
El propósito de la ética budista es actuar como si estuviéramos constantemente en contacto con lo mejor de nosotros mismos, sin dañar a ningún ser vivo y cultivando el amor universal.
La ética budista consiste en actuar como si estuviéramos siempre en contacto con lo mejor de nosotros mismos.
Decimos que las acciones son correctas o incorrectas dependiendo del estado mental a partir del que se realizan. A partir de ahí, podemos catalogarlas como torpes o hábiles, entendiendo que las acciones torpes son aquellas que se realizan desde el egoísmo, el odio, la avaricia o la ignorancia. Y las hábiles son aquellas que se realizan desde la comprensión, el amor, la generosidad o la amabilidad.
Los 5 preceptos
La ética budista se compone por 5 preceptos, los cuales no se formulan como imperativos, sino como reglas de práctica voluntaria:
No matar o hacer daño a otra vida (se aplica a seres sintientes como seres humanos y animales, pero se excluyen las plantas y todos aquellos microorganismos que no sienten y que carecen de conciencia).
No tomar lo que no ha sido dado (se refiere a no cometer robos, fraudes, estafas, ni cualquier otra acción que implique apropiarse indebidamente de lo que no es propio).
No tener una mala conducta sexual (evitar cualquier conducta que provoque daño a uno mismo o a cualquier otra persona involucrada, como por ejemplo la violación, el abuso sexual o el adulterio).
No mentir (no mentir, no exagerar, no cotillear o mantener charlas vanas).
No consumir sustancias que alteren la conciencia (como por ejemplo cualquier tipo de droga como el alcohol o la marihuana).
Se podría decir que los 5 preceptos son indicaciones para convivir en paz, a la vez que sirven como puntos de referencia y pautas de entrenamiento.
En los inicios de cualquier practicante, ciertos aspectos como la avaricia, el deseo o el egoísmo pueden estar aún muy presentes, y como consecuencia uno puede tener más dificultades para mantenerse firme y evitar incumplir los preceptos, aunque es muy importante tenerlos presentes y establecerlos como pautas de entrenamiento.
A medida que uno puede ir experimentando estados superiores de conciencia a través de la práctica, cada vez es más fácil mantenerse en contacto con lo mejor de uno mismo y cumplir con los preceptos sin que suponga ningún esfuerzo.
1.3. La meta de los practicantes budistas, la iluminación
La meta última de los practicantes budistas es alcanzar la iluminación, y consiste en experimentar un estado de sabiduría o conocimiento perfectos.
Iluminarse significa eliminar los velos más sutiles de la ignorancia y entrar en un estado de conciencia clara, pura y radiante, libre de toda ignorancia y puntos de vista erróneos.
Un ser iluminado deja de perderse entre pensamientos negativos, distorsionados y oscuros, libre de todo prejuicio y de todo tipo de condicionamiento mental.
La meta última de los practicantes budistas es alcanzar la iluminación, que es el estado de liberación del sufrimiento.
Desde el punto de vista psicológico, la iluminación es un estado de éxtasis supremo, de amor y compasión infinita, de serenidad imperturbable y de libertad espiritual sin restricción.
En una mente iluminada deja de existir la separación entre sujeto y objeto. El sujeto es un ser dotado de conciencia, como podría ser cualquier persona, y el objeto es aquello exterior a nosotros hacia donde dirigimos nuestra conciencia.
A través de los sentidos, el sujeto recibe impresiones por parte del objeto, y a través de la conciencia es capaz de crear imágenes, juicios y conceptos.
Cuando deja de existir la separación entre sujeto y objeto ya no hay mundo interior ni mundo exterior. La experiencia pasa a ser un continuo de conciencia clara, pura y homogénea, que se extiende en todas direcciones.
En ese estado de conciencia, el sujeto ve la realidad de las cosas tal y como son penetrando su esencia trascendental, y no como objetos percibidos a través de los sentidos.
Es un estado de visión espiritual directa, intuitiva, sin intermediarios, sin intelectualización, en el cual todo se concibe clara, directa e intensamente.
El gran maestro budista Matthieu Ricard, considerado el hombre más feliz de la tierra, dice lo siguiente:
Al decir ignorancia, no hablamos de una simple falta de información. Más bien, hablamos de una visión distorsionada de la realidad que nos hace pensar que lo que vemos a nuestro alrededor es permanente y sólido, o que nuestra «individualidad» es una entidad real y autónoma.
Esto nos lleva a confundir los placeres efímeros o el alivio del dolor con la felicidad duradera. Esa ignorancia también nos hace tratar de erigir nuestra felicidad sobre el sufrimiento de otros.
Nos atrae lo que satisface nuestro ego y rechazamos lo que pueda dañarlo.
Así, poco a poco, creamos una falsa ilusión mental cada vez mayor hasta que nos comportamos con total egocentrismo. La ignorancia se perpetúa a sí misma, y nuestra paz interior se destruye.
Matthieu Ricard
Respecto a lo que dice Matthieu, esa visión distorsionada de la realidad nos empuja a actuar desde la ignorancia, y la ignorancia nos conduce al sufrimiento. Cuando uno alcanza la iluminación adquiere un estado de conocimiento o sabiduría perfectos.
La iluminación es un entendimiento tanto del modo relativo de la existencia (la manera en la que las cosas se nos aparecen) como del modo último de la existencia (la verdadera naturaleza de estas mismas apariencias).
Ese conocimiento es el antídoto básico contra la ignorancia y el sufrimiento.
Por lo tanto, podemos concluir que todo practicante budista busca experimentar la iluminación a través de la práctica para liberarse del sufrimiento y entrar en un profundo estado de paz, sabiduría y bienestar.
Además, aquél que lo consigue se libera de los ciclos de renacimiento y muerte, ya que deja de haber apego hacia la existencia humana.
Sé que el concepto de iluminación puede parecer complicado de entender, ya que no es fácil ponerse en situación de algo que uno no ha podido experimentar. Es como intentar comprender que el fuego quema cuando nunca antes te has quemado.
Solo a través de la práctica uno puede alcanzar y experimentar la meta última.
2. El origen del budismo, ¿quién fue Buda?
El origen del budismo surgió cerca de los Himalayas, cuando Siddharta Gautama, un príncipe del antiguo reino Sakya, alcanzó la iluminación y dedicó el resto de su vida a difundir sus enseñanzas, para que otros también pudieran alcanzar la máxima sabiduría y liberarse del sufrimiento.
Él no fue ni el primer ni el último ser iluminado, pero sus enseñanzas tuvieron tal impacto que rápidamente se extendieron y actualmente ya se han popularizado en todo el mundo.
El budismo surgió cuando un príncipe de nombre Siddharta, alcanzó la iluminación y dedicó su vida a difundir sus enseñanzas para que otros también pudieran hallar el camino hacia la liberación del sufrimiento.
Gracias a las distintas prácticas y enseñanzas que él proponía muchos pudieron alcanzar la iluminación, y de ahí que tuviera tal impacto en la historia y que muchos decidieran seguirle.
Cuando Siddharta se iluminó empezaron a llamarle Buda, que significa “el despierto”, y de ahí surgió la palabra budismo.
Ser budista significa seguir el camino del despertar.
Pero no es que Siddharta fuera el único Buda, ya que hay y han habido muchos otros seres despiertos que también se consideran Budas. Por lo tanto, lo correcto sería decir el Buda Gautama, aunque debes tener en cuenta que cuando nos preguntamos quién es Buda solemos referirnos a Siddharta Gautama.
A continuación te voy a contar un poco más sobre la vida de Siddharta, como logró alcanzar la iluminación y porque ha sido tan importante en la historia.
2.1. Siddharta Gautama, de príncipe a Buda
Siddharta fue un príncipe que nació entre el año 563 y 483 antes de cristo en la región de Kapilavastu, cerca de los Himalayas y que actualmente forma parte de Nepal.
Su padre, Suddhodana, fue el rey del reino Sakya, y su madre, la reina Maya Devi, murió a los siete días del parto de Siddharta.
Siddharta iba a ser el heredero de la corona del reino Sakya, y el rey Suddhodana estaba entusiasmado con su hijo y sus grandes capacidades, estando convencido de que sería un gran rey tras su sucesión.
Aunque Siddharta viviera rodeado de comodidades y podía disponer de todo aquello que él quisiera, siempre fue un chico sencillo y humilde y muy pronto empezó a sentir curiosidad por todo aquello relacionado con la espiritualidad.
Tras varias salidas fuera de palacio pudo ver con sus propios ojos el sufrimiento humano (la enfermedad, la vejez y la muerte), y eso causó un fuerte impacto en su vida, hasta que más adelante tomó la decisión de abandonar la vida de palacio y dedicar su vida a encontrar la liberación del sufrimiento.
Siddharta se casó con la princesa Yasodhara a los 16 años de edad, y cuando tuvo 29 años nació su primer y último hijo al cual le llamaron Rahula. En ese momento, Siddharta ya estaba decidido a abandonar la vida de palacio, y ese mismo día decidió emprender su viaje. A su salida, le prometió a la princesa Yasodhara que volvería cuando hubiera alcanzado la iluminación.
Ahí comenzó su viaje, y desde entonces empezó a practicar la meditación y a seguir a distintos maestros.
Con el tiempo, se dio cuenta de que ninguna de las enseñanzas que había adquirido le había permitido alcanzar la liberación completa, y decidió a someterse a mortificaciones y austeridades para ver si así conseguía su propósito. Al borde de la muerte, una niña lo vio y le ofreció un poco de arroz, y Siddharta decidió tomarlo y abandonar esas prácticas extremas.
Una vez rehecho físicamente, comprendió que la liberación se encontraba en el camino medio y no en los extremos. Se sentó bajo una higuera, conocida como árbol de Bodhi, y se propuso no abandonar la meditación hasta que alcanzara su propósito, hasta que tras varias semanas deteniéndose solo para comer y charlar con algunos niños que le traían la comida, finalmente pudo alcanzar la iluminación cuando tenía 35 años.
Fue en el amanecer cuando Siddharta alcanzó un alto estado de concentración, último obstáculo de la mente de un ser con limitaciones, y consiguió eliminar de su mente los velos más sutiles de la ignorancia.
Siddharta se convirtió en Buda cuando por fin alcanzó la iluminación a la edad de 35 años.
Habían transcurrido 6 años desde que Siddharta había abandonado el palacio, pero por fin había podido alcanzar su propósito y se convirtió finalmente en un Buda.
2.2. El Buda Gautama, un antes y un después en la historia
Como ya te he contado anteriormente, Buda no fue ni el primer ni el último ser iluminado, pero su importancia se debe a la popularización de sus enseñanzas para que otros también pudieran alcanzar la iluminación.
Dedicó toda su vida a difundir sus enseñanzas y la mayoría de ellas se han conservado hasta día de hoy, siendo de gran valor para todos aquellos practicantes, budistas o no budistas, que busquen alcanzar el mismo propósito.
A día de hoy se conservan en forma de Sutras, que son textos escritos que contienen los discursos dados por Buda o alguno de sus discípulos más próximos.
Buda murió a los 80 años de edad, y por lo tanto dedicó 45 años de su vida a difundir sus enseñanzas. Miles y miles de personas se hicieron monjes y le siguieron cuando aún estaba vivo, y su popularidad no fue más que en aumento al ver que otros también conseguían iluminarse.
Su hijo, Rahula, muy pronto se hizo monje y a los 21 años alcanzó la iluminación.
Tras la muerte de Buda, sus enseñanzas han perdurado hasta la fecha, aunque se han creado muchas religiones entorno al budismo.
Buda ha sido un antes y un después en la historia debido a la importancia de sus enseñanzas para hallar el camino hacia la liberación del sufrimiento.
Buda no se consideraba ningún Dios ni tampoco creía ser nadie especial. El mismo reconoció que era igual que cualquier otro ser humano y decía que todos tenemos el mismo potencial para alcanzar la iluminación.
Él decía que sus enseñanzas eran prácticas y que debían experimentarse, y nunca pretendió que el budismo se convirtiera en una religión. El solo pretendía mostrar el camino hacia la iluminación y tampoco se otorgó ningún mérito de ser el gran descubridor.
Muchos se habían iluminado antes y muchos lo harían después. La importancia de Buda en la historia se debe a la capacidad que tuvo para transmitir sus enseñanzas y que éstas llegaran a millones de personas, y que gracias al camino que él mostró muchos pudieran iluminarse.
Buda ha sido un antes y un después en la historia por el gran legado espiritual que ha dejado a la humanidad, y gracias a él sabemos el camino que debemos seguir si queremos alcanzar la máxima realización de nuestro ser.
Si te interesa saber más acerca de la vida de Buda, hay un libro muy interesante y entretenido que se llama Camino viejo, nubes blancas, de Thich Nhat Hanh.
3. Las principales enseñanzas de Buda
Las enseñanzas de Buda se encuentran principalmente en los Sutras, que son los textos escritos que contienen los discursos dados por Buda o alguno de sus discípulos más próximos.
Esas enseñanzas se han ido transmitiendo de generación en generación y han perdurado hasta la fecha, siendo un gran tesoro espiritual para toda la humanidad.
A continuación te voy a contar algunas de las principales enseñanzas de Buda, aunque si realmente te interesa conocerlas en más profundidad te recomiendo leer el libro El corazón de las enseñanzas de Buda, de Thich Nhat Hanh.
3.1. Las Cuatro Nobles Verdades
Las Cuatro Nobles Verdades nos dicen que codiciamos y nos apegamos a estados pasajeros que son dolorosos e incapaces de satisfacernos.
Ésta actitud es la que nos mantiene en el Samsara, que es el ciclo de nacimiento, muerte y encarnación, y por lo tanto seguimos atrapados en la rueda del sufrimiento. El modo de liberarse del Samsara es alcanzar la iluminación, no hay reencarnación y nos liberamos del sufrimiento.
A continuación enumero Las Cuatro Nobles Verdades y las explico una a una.
1. Toda existencia es insatisfactoria
El nacimiento es sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, convivir con lo indeseable es sufrimiento, separarse de lo deseable es sufrimiento, no obtener lo que se desea es sufrimiento. Todo conlleva sufrimiento, la existencia y sus partes son sufrimiento.
Todo es sufrimiento, nada es felicidad completa, el sufrimiento está siempre presente. La muerte de uno mismo y de los seres queridos es sufrimiento, así como la enfermedad de nuestros seres amados y la propia es sufrimiento, incluso la convivencia con seres amados conlleva sufrimiento.
2. El sufrimiento proviene del apego, el deseo y la ignorancia
Los cinco venenos (Apego, Odio, Ignorancia, Ego, Celos), son los que producen nuevos renacimientos.
El sufrimiento surge del deseo o como consecuencia lógica de acciones pasadas de elección propia. El motivo para realizar estas acciones, o sea, el origen y porqué del sufrimiento, son las pasiones humanas. Todo surge de no saber que todas esas acciones llevan al sufrimiento y al no conocimiento de la impermanencia e interdependencia de las cosas.
3. El sufrimiento puede ser vencido
Esta cesación es posible eliminando nuestro deseo, librándose del deseo-apego, abandonarlo para siempre, no dándole acogida en nosotros.
Para terminar con nuestro sufrimiento hay que embarcarse en un estudio para hallar sus causas y comprobarlas por uno mismo, y después, eliminarlas. Hay que suprimir los cinco venenos y realizar acciones virtuosas, creando karma bueno. Esta noble verdad, en más profundidad, es el vacío, la sabiduría de la vacuidad, la realidad última, el corazón del Dharma.
La palabra Dharma significa una ley o realidad del universo que reconoce una ley divina y unos principios morales a seguir para lograr el camino de la perfección y alcanzar la felicidad eterna.
4. El Noble Camino Óctuple
Éste es el camino que conduce a la iluminación y a la supresión del sufrimiento:
Comprensión correcta
Pensamiento correcto
Palabra correcta
Acción correcta
Ocupación correcta
Esfuerzo correcto
Atención correcta
Concentración correcta
***
A continuación entraremos en más detalle acerca del Noble Camino Óctuple para detallar cada una de las ramas que lo compone y agruparlas en categorías.
3.2. El Noble Camino Óctuple
El Noble Camino Óctuple es considerado, según el budismo, el camino que lleva al cese final del sufrimiento. O dicho de otra forma, el camino que lleva a la iluminación.
Los elementos del Noble Camino Óctuple se dividen en tres categorías:
Sabiduría
Conducta ética
Entrenamiento de la mente
A continuación entraremos en más detalle en cada una de las categorías.
Sabiduría
La sabiduría está constituida por aquellos elementos que se refieren a aspectos mentales o cognitivos de la práctica del budista.
1. Comprensión correcta. La comprensión correcta se refiere al entendimiento y comprensión de las Cuatro Nobles Verdades del budismo. Entender el sufrimiento, entender su origen y entender su extinción.
2. Pensamiento correcto. El pensamiento correcto se refiere a la intención de renuncia del camino mundano para así poder alcanzar la iluminación, la intención de buena fe y voluntad y la intención de no-violencia hacia otros organismos.
Conducta ética
Esta faceta del Noble Camino es el entender que cada vez que hablamos o actuamos agregamos una carga kármica como consecuencia. Aquí también podríamos incluir los 5 preceptos, de los cuales ya te hablé cuando tratamos la ética del budismo.
3. Palabra correcta. Abstenerse de mentir, difamar, calumniar, hablar de manera irrespetuosa o hablar frívolo.
4. Acción correcta. Abstenerse de matar o hacer daño a otra vida. Abstenerse de robar o tomar lo que no es dado y abstenerse de conductas sexuales dañinas.
5. Medio de vida correcto. Un budista no debería optar por oficios en los que, de forma directa o indirectamente, dañe otros seres vivos o sistemas.
Estas ocupaciones incluyen comerciar armas letales, bebidas intoxicantes, venenos, matar animales, entre otros. Comerciar con humanos —tales como comercio de esclavos y prostitución— es también incorrecto, así como también otras formas deshonestas de ganar riqueza, tales como corrupción, estafas, engaños, robos, etcétera.
Entrenamiento de la mente
Aquí también podríamos referirnos a la meditación, la concentración, la disciplina mental o el cultivo de la mente.
6. Esfuerzo correcto. Es el esfuerzo mental y la práctica consciente para mantener la mente libre de pensamientos que podrían perjudicar la habilidad para realizar o poner en práctica los otros elementos del Noble Camino.
Si por ejemplo te enfadas con alguien y le deseas el mal, entonces no estarías cumpliendo con el “Pensamiento correcto” de desear lo mejor para los demás. A través del esfuerzo correcto podemos entrenar la mente para intentar desarraigar tales pensamientos malsanos y reemplazarlos.
7. Atención correcta. Se refiere a la práctica de mantener la mente en el instante presente, atenta de fenómenos conforme vayan afectando el cuerpo y la mente.
Contemplación consciente del cuerpo, contemplación consciente de la percepción del entorno, contemplación consciente de la mente y contemplación consciente de los pensamientos.
También podríamos referirnos a la práctica del mindfulness (atención plena).
8. Concentración correcta. La concentración puede entrenarse a través de la meditación y es considerada una de las prácticas más importantes para progresar en el Noble Camino Óctuple y adquirir mayores estados de conciencia.
***
Aunque el camino esté enumerado del 1 al 8 no significa que sean un conjunto de pasos lineales por los cuales uno debe progresar, sino que pueden ser desarrollados de manera más o menos simultánea. Todos están unidos y cada uno ayuda al cultivo de los otros, siendo esta una guía práctica que se hace en paralelo.
Tanto las Cuatro Nobles Verdades como el Noble Camino Óctuple constituyen las principales enseñanzas budistas que conducen a la iluminación.
4. Cómo ser budista
Para terminar, me gustaría hablar de lo que significa ser budista y como adentrarse en la práctica.
Si te preguntas a ti mismo cómo ser budista, el primer paso seria iniciarse en la práctica con el fin de alcanzar la iluminación, pero lo que quiero que entiendas es que lo importante no es ser o no ser budista, ya que la etiqueta carece de importancia.
La gente suele etiquetarse a sí misma como budista, cayendo en el error de darle una excesiva importancia a este término. Luego, dejan de confiar y se niegan a escuchar cualquier enseñanza que no se pueda etiquetar dentro del budismo.
Ser budista significa seguir el camino del despertar a través de las enseñanzas de Buda, pero no hay que caer en el error de etiquetarse a uno mismo como budista y rechazar todo aquello que no provenga del budismo.
El camino del despertar va mucho más allá de cualquier etiqueta que podamos utilizar. De hecho, si nos etiquetamos a nosotros mismos como budistas estamos reconociendo un Yo y cayendo en la falsedad del ego.
El budismo reúne un conjunto de enseñanzas prácticas y experimentales propuestas por Buda, y es un camino hacia el despertar. Esas enseñanzas no es que pertenezcan a Buda o al budismo, pertenecen a la vida, y puedes etiquetarlas como tú quieras, pero al final lo importante es que nos sean útiles para progresar en nuestro camino espiritual.
El propio Dalai Lama, uno de los grandes líderes espirituales y máxima representación del budismo, no se etiqueta a sí mismo como budista. Él dice -mi filosofía es la bondad-.
Desde el mismo instante en que uno se identifica como budista, puede sentir rechazo hacia todo aquello que no se pueda etiquetar como budista. Lo importante no es -que es y que no es budista-, lo importante es -que es y que no es-.
Al final, todo lo que necesitamos para iluminarnos se encuentra en nuestro interior, y es igual para todo el mundo. No tendría sentido que ninguna filosofía o religión intentara apropiarse de las enseñanzas que nos permiten conocer las verdades acerca de la vida y de la existencia.
El camino está en nuestro interior y no pertenece a nadie más que a la vida propia, y el budismo es tan solo un modo de agrupar esas enseñanzas que nos conducen al despertar.
Sería incorrecto decir que Buda era budista, y él tampoco hubiera querido que se crearan corrientes religiosas y filosóficas entorno a sus enseñanzas. Buda era un ser iluminado que mostraba el camino hacia el despertar, igual que también podría haber alguien que se llamara Pedro y que también mostrara el camino hacia el despertar. En ambos casos el despertar seria el mismo, y las enseñanzas también serían muy similares, aunque quizás nombradas de manera distinta, pero solo hay una única verdad y un único camino.
Llegados a este punto, espero que te haya quedado muy claro que el budismo se compone por un conjunto de enseñanzas prácticas difundidas por Buda con el claro propósito de alcanzar la meta última, la iluminación del ser.
El budismo no es ninguna religión, ninguna filosofía ni ninguna práctica que pueda diferenciarse de cualquier otra que también conduzca al despertar.
Las enseñanzas de Buda son prácticas y deben experimentarse. Igual que puedes entrenar tus músculos para que crezcan, también puedes entrenar tu mente para adquirir mayores estados de conciencia que te permitan ver la verdadera naturaleza de las cosas.
Para que tus músculos crezcan, quizás debas realizar levantamiento de pesas junto a una dieta que te aporte las proteínas necesarias. De igual modo, para alcanzar mayores estados de conciencia tendrás que practicar la meditación, la contemplación consciente y la atención plena, entre otras enseñanzas que deberás aprender.
Solo hay un único y verdadero camino, y es aquél que nos permite experimentar la realidad y comprender la vida misma. Ponle el nombre que quieras, pero síguelo.
Puedes asistir a conferencias, leer libros, ver vídeos, realizar cursos, acudir a centros de meditación, o incluso quien sabe si algún día encontrarás a un maestro que pueda guiarte durante tu viaje espiritual. Lo importante es que aparte de nutrirte de enseñanzas no te olvides de la práctica, ya que no solo basta con entender la teoría, sino que ésta debe experimentarse para que se convierta en una realidad.
Un buen principio, fácil de aplicar y sumamente beneficioso, es empezar a tomar conciencia de nuestra conducta y actuar de manera ética. Si recapitulamos, recordarás que dentro de las enseñanzas del Noble Camino Óctuple hablamos de la conducta ética, y ésta es “Palabra correcta”, “Acción correcta” y “Medio de vida correcto”.
No hay mejor modo de iniciarse en la práctica que empezar a actuar de manera ética e ir modificando nuestro karma. No solo es un gran beneficio para nosotros mismos, sino que también lo es para todos aquellos que nos rodean y para el mundo entero.
4.1. Tomar refugio en Las Tres joyas
Las Tres Joyas hacen referencia a las cosas en las que una persona budista toma refugio para ser seguidor de las enseñanzas del Buda.
Esta toma de refugio viene a significar que una vez la persona ha comprendido el sentido de liberación que subyace en este camino, asumirá que mientras dure su existencia -o incluso en otras si las hubiera- querrá permanecer vinculado para siempre a las Tres Joyas.
A continuación enumero Las Tres Joyas y las explico una a una.
1. Buda
Tomar refugio en el Buda significa comprometerse con uno mismo a alcanzar la iluminación y convertirse en un Buda. De éste modo nos abrimos como una flor para recibir los rayos del sol, que son como oleadas de inspiración de los seres iluminados.
Debido a las fuerzas de la ignorancia nuestra atención se desvía, por eso la intención de dirigir nuestra energía hacia la iluminación es una práctica muy poderosa. Nos lleva abrirnos, a hacernos más receptivos para recibir la inspiración, las bendiciones de la mente iluminada.
Por otra parte, tomar refugio en el Buda también significa abandonar los refugios no auténticos o no confiables, como por ejemplo los dioses, las fuerzas de la naturaleza o los espíritus.
2. Dharma
Tomar refugio en el dharma significa acogerse a los principios básicos que gobiernan el universo y en base a ellos seguir el camino correcto para lograr la perfección y alcanzar la felicidad eterna.
El individuo que practica el dharma se caracteriza por hacer el bien al prójimo, desenvolver la felicidad y la fraternidad universal, así como desarrollar una conducta, pensamientos y otras prácticas mentales que elevan el carácter de un ser, que lo lleva a obtener prosperidad, felicidad eterna y la cesación total de dolor.
Las enseñanzas de Buda son esenciales para practicar el dharma y seguir progresando en nuestro camio espiritual.
3. Sangha
En los inicios, la sangha representaba la comunidad constituida por todos aquellos monjes que habían sido ordenados. Actualmente, adaptándolo a los tiempos modernos, en un sentido más amplio podríamos decir que la sangha se constituye por todos los amigos espirituales que te acompañen durante el camino del despertar.
Tomar refugio en la sangha también significa abandonar las malas compañías o influencias no virtuosas.
***
Para resumirlo, la primera joya, Buda, es el propósito que uno mismo se fija de alcanzar la iluminación y convertirse en un Buda. La segunda joya, el dharma, representan las enseñanzas de Buda que nos permiten progresar y alcanzar la iluminación. La tercera joya, la sangha, es la fuerza de compartir el camino junto a otras personas y sentirse acompañado.
Tomar refugio en Las Tres Joyas es el primer paso para comprometerse con uno mismo a seguir el camino del despertar, con el fin de alcanzar la sabiduría máxima y liberarse del sufrimiento.
Se trata de dedicar la propia vida al camino que conduce al despertar, y es lo primero que cualquier practicante debería hacer para iniciar este gran viaje espiritual, el cual nos lleva a la sabiduría máxima, a la liberación del sufrimiento y a la verdad última de nuestra existencia.
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