La respiración es la acción mecánica que realizamos las 24 horas del día sin parar y que resulta vital para nuestro cuerpo, pero ¿sabías que puede hacerse de diferentes maneras si ponemos nuestra atención en ello? Así nos los enseñan prácticas como la meditación y el yoga.
Cuando vamos a nuestra práctica de yoga, realizamos diferentes tipos de respiración que nos ayudan a alcanzar diferentes estados de conciencia, pero también nos facilitan hacer movimientos y posturas mientras oxigenamos nuestro cuerpo.
La respiración en el yoga y la meditación
El yoga es una filosofía de vida que surgió hace más de 5.000 años en oriente. Practicada por los hinduistas, budistas y ahora, por nosotros los occidentales, el yoga nos enseña a conectar nuestro exterior y nuestro interior, a que nuestro todo sea uno solo y en este sentido, a que trabajemos cuerpo, mente y espíritu.
Cualquiera que sea el tipo de yoga que practiquemos, todos comparten los tres principios del yoga que son: asanas, es decir posturas; vinyasa-krama, que son las secuencias de esas posturas; y pranayama, la respiración que le da ritmo y conciencia a nuestras asanas y que nos lleva a la meditación.
La respiración en el yoga (o pranayama) no es la misma que hacemos mecánicamente para darle oxígeno a nuestro cuerpo y subsistir, justamente la que estás haciendo en este momento de forma inconsciente mientras lees este artículo.
Así como en la meditación, también existen diferentes tipos de respiración en yoga, que fundamentalmente nos mantiene conscientes del inhalar y exhalar para estar presentes en el ahora, en las asanas de yoga que vas realizando y trasladando este bienestar a tu cotidianidad.
De esta manera, los pranayama o los diferentes tipos de respiración son una de las claves del yoga, porque es una puerta de acceso a la alineación y purificación de cuerpo y mente. Pranayama es una palabra del sánscrito (idioma sagrado) que traduce Prana como “pra, primera unidad, na, energía” y Yama como “controlar y extender, manifestación o expansión”. El hatha Yoga Pradipika explica la respiración así: “cuando el aliento va y viene, la mente está inquieta, pero cuando el aliento se calma, también se calma la mente”.
Los tipos de respiración en yoga
En general, podemos diferenciar 4 tipos de respiración diferentes que podemos hacer de forma consciente mientras practicamos el yoga o meditamos:
1. Respiración baja o de diafragma
Se trata del tipo de respiración más común de todos. En ella, el aire de la inspiración entra a los pulmones, gracias a que el diafragma baja y el abdomen se hincha. Mientras esto ocurre, el aire masajea nuestro estómago, páncreas, bazo y vísceras, haciendo que funcionen mucho mejor.
Luego de esto, en la exhalación que hacemos con este tipo de respiración, el diafragma sube nuevamente y el estómago desciende, por lo que se ve como si se fuera hundiendo.
La respiración baja o de diafragma resulta muy relajante, pero si la practicamos continuamente puede hacer que nuestra espalda tome una mala postura y que los músculos abdominales se distensionen.
El maestro Iyengar (quien expandió el yoga a occidente) explica que la respiración debe comenzar en la base del diafragma, muy cerca de la cintura pélvica. De esta manera, la respiración nos ayuda a relajar la caja torácica, el cuello y la cara, donde además se relajan los órganos con los que trabajamos los 5 sentidos.
2. Respiración alta o clavicular
Se trata de un tipo de respiración más superficial. Cuando la hacemos, llevamos los hombros y la clavícula hacia arriba durante la inhalación mientras contraemos el abdomen. Es por esto que requiere de un gran esfuerzo, pues debemos obtener poco aire.
3. Respiración media o toracica
Este tipo de respiración es incompleta, pues la hacemos utilizando los músculos de la zona de las costillas que, durante la inhalación, se abren o expanden la caja torácica hacia los costados.
4. Respiración profunda o completa
Este tipo de respiración es la sumatoria de las tres anteriores y la utilizamos mucho en las prácticas de yoga. Durante la inhalación, el aire va llenando primero la parte inferior, media y alta de los pulmones. En este proceso, los hombros y el pecho se quedan estáticos, no se mueven y son las costillas las que se expanden. Luego, al exhalar, el aire sale de forma inversa a como entró en los pulmones, y las costillas se contraen.
Tipos de pranayamas
Los pranayamas son tipos de respiración más concretos que también hacemos durante la práctica de yoga, que nos conducen hacia la concentración y el control de la energía que contenemos durante la respiración. Pranayamas hay muchos, pero te presentamos los más comunes en estos tipos de respiración.
1. Respiración Ujjayi
Ujjayi traduce “ser victorioso” y según los hinduistas, cuando practicamos este tipo de respiración, el cuerpo se llena de prana (energía), se calienta, se oxigena y se relaja.
Para practicarla, uno de los trucos es saber que este tipo de respiración tiene su propio sonido, debes poder escucharla y tus compañeros de yoga también. Para esto, debemos cerrar la parte trasera de la garganta, es decir, con la glotis del cuello contraída durante la inhalación profunda, y al exhalar escucharemos una especie de HA en la garganta.
2. Respiración Kapalabhati
La respiración de la “purificación de la frente” es, como su nombre indica, un tipo de respiración para purificar los “bhatis”, mejorando la circulación sanguínea, la oxigenación del cuerpo y purificando el Ajna Chakra (chakra del tercer ojo).
Se trata de una inhalación y exhalación rápida pero muy profunda hacia los pulmones, que se hace durante 10 veces seguidas. A continuación se hace una respiración profunda, en la que se hace una retención larga de aire y se termina con un exhalación que es rápida. Durante esta última, se debe dirigir la atención al corazón.
3. Pranayama Bhastrika
Este tipo de respiración que se traduce como “fuelle” se utiliza para purificar todos los chakras y, por lo tanto, mejorar su funcionamiento. En cuanto a su metodología, la respiración se hace igual que en el pranayama Kapalabhati, pero en este caso debemos visualizar mientras respiramos cómo la energía sube por nuestra columna vertebral y luego baja al corazón.