No en el sentido pecaminoso de la Iglesia, No en las tentaciones de violar el sábado o las casi siempre interesadas leyes de los hombres. Decid mejor: no nos dejes caer en la tentación de olvidarte Padre de los Reinos de Luz.
Sí en el sentido de elegir, al igual que Jesús ejercer, en plenitud de libertad nuestro Principio de Libre Albedrío. Si, en el sentido de vencer ante las tentaciones propias de la vida física, como la de ceder a excesos o adicciones, cualquiera que estas sean, olvidando nuestro sentido del equilibrio y sobre todos la Lealtad al Supremo Madamient: Amar a Dios por sobre todas las cosas.
Jesús, en armonía interior plena, priviliegío su misión de materializar lo espiritual y de espiritualizar lo material al elegir ser amor universal en unidad, asumiendo su inseparable precio por ello, ante ofertas como entre otras cubrirse de gloria humana, participando en el guererista movimiento Zelota contra Roma, para la liberación del pueblo de Israel, al discernir espiritualmente, que la solución a las inequidades e injusticias no vienen de la mano del método usado por la violencia, sí del método usado por el Amor.
Tentaciones humanas experimentadas por el joven Jesús que lo invitaban a privilegiar honor, prestigio, cosnecución de ideales, buena imagen olvidando su misición central, pensamientos , dudas costumbres a las que el al igual que cada uno de nosostros, desde el interior de nuestra esencia divina, tenemos la opción de gobernar pARA EREGIRNOS COMO SOBERANOS, AMOS Y SEÑORES, de nuestro propio destino, manifestando en lo humano lo divino; legado que todos, sin excepción, tenemos en nuestro corazón, lo demás se nos dará por añadidura.
La metodología del Amor encarnado por el Maestro de la Ternura, para concebir, germinar y crea Paz, Justicia, Libertad, nos desata de todo yugo. a menos que el camino se haga con amor y con justicia-exprexión más alta del amor- él conducirá a unos a la avidez y a otros al hambre.
Elegir ser espíritu de mediación amorosa, conlleva reuniciar a la vanidad cerrazónica de pretender tener la razón, demostrando que los demás están equivocados, por grande que sea la tentación debes dejar fuera de tu conciencia el juzgar o culpar, uno de los grandes desafios será el no caer en la tentación de querer demostrar que tu tienes la razón y los demás están equivocados.
En general los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, todos pueden ver pero pocos pueden comprender lo que ven. Pocos ven lo que somos pero todos pueden ver lo que aparentamos.