La amistad duplica nuestras alegrías y divide nuestra tristeza, dice el refrán. Sin embargo, a veces forjamos vínculos que sistemáticamente nos debilitan, nos dejan angustiados, ansiosos, con culpa o vacíos. No es fácil reconocer a estas amistades vampirezcas que chupan nuestra energía. Ellas dirán que todo lo que hacen y dicen es por nuestro bien y si algo les cuestionamos de su actitud encuentran el modo de hacernos sentir culpables. En general, estas personas no son malvadas ni quieren dañarnos concientemente, pero se encuentran en estados espirituales y energéticos bajos, inseguros, faltos de luz y buscan personas que puedan servirles como depósito de su frustración. Basta que encuentren alguien con baja autoestima, para que claven allí su aguijón. La combinación puede ser peligrosa, corrosiva y durar incluso durante años. Hasta que un día, alguna de las partes cambia en su interior, da un vuelvo en su vida y de pronto halla que esta relación no es nutritiva ni interesante para su vida. ¿Ha llegado el momento de hacer limpieza en su corazón?
CÓMO RECONOCER AMIGOS TÓXICOSCuando nos vemos enredados en una amistad tóxica, es común sentir un malestar confuso luego de hablar con esta persona, pero no podemos identificar exactamente a que se debe. Aquí algunas pistas para reconocer tipos de tóxicos amistosos…:
El ocupadísimo:Padece la hiperactividad profesional. Nunca tiene tiempo para verte o escucharte, porque todo es más importante que tú. No responde a las llamadas ni a los correos electrónicos, salvo raras veces.
El estómago resfriadoNo sabe guardar un secreto y le falta tiempo para divulgarlo. Pone excusas del tipo “no pensé que María no lo sabía”.
El informalCasi nunca cumple ningún acuerdo, llega tarde, se despista de las citas y los compromisos adquiridos.
El intriganteTe transmite muchos juicios negativos sobre ti de forma sutil, diciendo que lo ha escuchado decir a otros. Dice “porque soy tu amigo”. Quiere preocuparte y ganar todo el control sobre ti.
El complicadorPone objeciones a todo lo que propones, interfiriendo gravemente el curso de tu vida normal. Cada situación la analiza desde todos los ángulos posibles hasta extremos enfermizos.
El absorbenteSu característica principal es que siente un exagerado sentimiento de sobreprotección hacia ti para tenerte en exclusiva como amigo. Se enfada si haces planes sin contar con él.
El competidorRivaliza contigo en todo. No se alegra de tus éxitos, sino que los menosprecia. Tiene unos celos desmedidos hacia ti.
El consejeroEmite juicios sobre cualquier circunstancia que atañe a tu vida sin que tú se lo pidas. Si lo rechazas suele decirte frases tipo “lo digo por tu bien”. Sus consejos son críticas enmascaradas.
La víctimaSiempre está sufriendo, necesitando ser escuchado y consolado, sin registrar las necesidades del otro.
CONSECUENCIAS DE UNA MALA AMISTADEsperar respuestas de una amigo y no tenerlas, sentir que sólo está en las buenas y en las malas desaparece completamente, contarle algo muy importante para nosotros y que nunca nos vuelva a preguntar que pasó o cómo nos sentimos con ese tema, juzgarnos y criticarnos por detrás…etc. son cuestiones que determinan que esa relación amistosa no es sana y no tiene energía que fluye mutuamente. Veamos algunos de los efectos que suele tener sobre nosotros la influencia o compañía de una amistad tóxica son:
- Baja nuestra autoestima.
- Nos genera angustia, ansiedad, inseguridad.
- Nos hacen sentir culpables, insatisfechos, o como si estuviéramos en deuda con ellos.
- Nos aísla de los círculos sociales saludables.
- Nos agota, nos deja sin energía, de mal humor o desanimados.
¿Y AHORA QUÉ SIGUE?Lo mejor es tomar distancia de las personas tóxicas, decisión que puede parecer difícil pero no lo será si comenzamos a hacer cosas por nosotros mismos. Muchas veces nos quedamos junto a alguien porque tememos a la soledad y nos creemos incapaces de generar nuevos y mejores vínculos humanos. Esto no es cierto. Cuando una persona cambia, cambia su entorno. Aquí algunos consejos:
- Ejercite su capacidad de poner límites amable pero firmemente. Nadie merece ser maltratado. Es su derecho decir que “No” frente a la descalificación o manipulación del otro. Desarrolle la asertividad.
- Entrene su autoestima: cuanto mayor confianza y estima desarrolle, menos permisos dará a las personas tóxicas a invadirle e intoxicarle con su “basura emocional”.
- Separe la paja del trigo: aléjese de la gente tóxica y busque actividades y espacios sociales donde generar un grupo de amistades nutritivas que le brinden amor, apoyo y guía.
- Desintoxicarse – Energizarse: el deporte, la buena alimentación y la naturaleza nos dan vitalidad y purifican. Cuanto más vital esté, alegre y optimista, menos toxina va a tolerar de otras personas.
Muchas veces no son las personas tóxicas las que hay que cambiar, sino, nuestra manera de relacionarnos con ellas. Sobretodo entender que una persona tóxica nos puede dañar si nosotros le dejamos abierta la puerta-de par en par- de nuestra vida, para que lo haga.