La Gratitud es la llave que abre las puertas de la prosperidad material y espiritual en nuestras vidas.
Tomar conciencia de Gratitud es sincronizarse como si cada uno pudiera tomar las riendas de su propia vida, solo que esta vez la vida la sostenemos entre todos
Utilizando el poder de la gratitud es un aspecto sumamente importante para atraer a ti mismo la abundancia y la felicidad que deseas y te mereces.
Dios, la Conciencia Universal, nos ama a cada persona incondicionalmente exactamente los mismos y sólo entrega a cada uno exactamente lo que estamos pidiendo, sobre la base de nuestra vibración.
Sea cual sea la forma o apariencia física de las situaciones de tu vida, considéralas como maestras enviadas amorosamente para tu mayor y mejor bien.
Estas maestras son tus guías, que te ayudarán a identificar las creencias limitadoras basadas en el miedo y a liberarte de ellas. Gracias a estas maestras aprenderás a confiar y apoyarte en la fiabilidad y el amor de Dios.
Empieza a vivir este poder, agradece todo lo que tienes, por poco que te parezca, ejercita diariamente gratitud a través de esta oración poderosa.
ORACION PODEROSA DE GRATITUD – PROSPERIDAD UNIVERSAL
Quiero expresarte mis sentimientos surgidos en mi caminar por mi mundo interior de luchas y victorias.
Ahora me detengo un instante y miro hacia delante, a la luz del día.
He caminado un largo trecho donde tu luz me fue alumbrando cada día con mayor intensidad.
Miro también hacia atrás para ver el camino por donde me guiaste.
Gracias Señor por salvarme cuando estaba ciega, prisionera y angustiada.
Tú me llamaste y tuviste misericordia de mí.
Por ese milagro y muchos más, sé que tú estás en mí, ahora, y más allá de mis pensamientos.
Ahora veo con paz mi pasado, no para llorar por mis errores, sino para reconocer la ceguera espiritual en que me encontraba, pero que tu alumbraste poniendo en mi ser arrepentimiento y liberándome de todo lo negativo de mi interior.
Me diste también capacidad de perdonar a otros, pedir perdón y perdonarme a mí misma.
Gracias, porque en mi caminar de tu mano, nunca me abandonaste.
Pusiste el dedo sobre mis llagas para que a través del dolor de mis heridas tuviera que enfrentarme a ellas para poder EMPIEZA A DAR GRACIAS Y A SENTIR EL PODER DE LA GRATITUD.
Aunque tengas una lista de necesidades y deseos, pregúntate de qué dispones ya de lo que puedas sentirte agradecido. Busca las cosas de tu vida que despierten tu gratitud, aunque al principio te parezcan insignificantes.
Pronto comenzarás automáticamente a sentirte optimista y dichoso.
Haz una lista de agradecimientos y mira cómo va creciendo. Concéntrate en la abundancia que hay ahora en tu vida, no en las carencias.
Ve tu vida completa, plena, y mantén esa visión. Afírmala.
Llévala a cabo.
Conviértela en realidad.
No busques nada fuera de ti. Tú eres el Universo, contenido en su propia perfección.Ahora me detengo un instante y miro hacia delante, a la luz del día.
He caminado un largo trecho donde tu luz me fue alumbrando cada día con mayor intensidad.
Miro también hacia atrás para ver el camino por donde me guiaste.
Gracias Señor por salvarme cuando estaba ciega, prisionera y angustiada.
Tú me llamaste y tuviste misericordia de mí.
Por ese milagro y muchos más, sé que tú estás en mí, ahora, y más allá de mis pensamientos.
Ahora veo con paz mi pasado, no para llorar por mis errores, sino para reconocer la ceguera espiritual en que me encontraba, pero que tu alumbraste poniendo en mi ser arrepentimiento y liberándome de todo lo negativo de mi interior.
Me diste también capacidad de perdonar a otros, pedir perdón y perdonarme a mí misma.
Gracias, porque en mi caminar de tu mano, nunca me abandonaste.
Pusiste el dedo sobre mis llagas para que a través del dolor de mis heridas tuviera que enfrentarme a ellas para poder EMPIEZA A DAR GRACIAS Y A SENTIR EL PODER DE LA GRATITUD.
Aunque tengas una lista de necesidades y deseos, pregúntate de qué dispones ya de lo que puedas sentirte agradecido. Busca las cosas de tu vida que despierten tu gratitud, aunque al principio te parezcan insignificantes.
Pronto comenzarás automáticamente a sentirte optimista y dichoso.
Haz una lista de agradecimientos y mira cómo va creciendo. Concéntrate en la abundancia que hay ahora en tu vida, no en las carencias.
Ve tu vida completa, plena, y mantén esa visión. Afírmala.
Llévala a cabo.
Conviértela en realidad.
No busques nada fuera de ti. Tú eres el Universo, contenido en su propia perfección.Ahora me detengo un instante y miro hacia delante, a la luz del día.
He caminado un largo trecho donde tu luz me fue alumbrando cada día con mayor intensidad.
Miro también hacia atrás para ver el camino por donde me guiaste.
Gracias Señor por salvarme cuando estaba ciega, prisionera y angustiada.
Tú me llamaste y tuviste misericordia de mí.
Por ese milagro y muchos más, sé que tú estás en mí, ahora, y más allá de mis pensamientos.
Ahora veo con paz mi pasado, no para llorar por mis errores, sino para reconocer la ceguera espiritual en que me encontraba, pero que tu alumbraste poniendo en mi ser arrepentimiento y liberándome de todo lo negativo de mi interior.
Me diste también capacidad de perdonar a otros, pedir perdón y perdonarme a mí misma.
Gracias, porque en mi caminar de tu mano, nunca me abandonaste.
Pusiste el dedo sobre mis llagas para que a través del dolor de mis heridas tuviera que enfrentarme a ellas para poder EMPIEZA A DAR GRACIAS Y A SENTIR EL PODER DE LA GRATITUD.
Aunque tengas una lista de necesidades y deseos, pregúntate de qué dispones ya de lo que puedas sentirte agradecido. Busca las cosas de tu vida que despierten tu gratitud, aunque al principio te parezcan insignificantes.
Pronto comenzarás automáticamente a sentirte optimista y dichoso.
Haz una lista de agradecimientos y mira cómo va creciendo. Concéntrate en la abundancia que hay ahora en tu vida, no en las carencias.
Ve tu vida completa, plena, y mantén esa visión. Afírmala.
Llévala a cabo.
Conviértela en realidad.
No busques nada fuera de ti. Tú eres el Universo, contenido en su propia perfección.Ahora me detengo un instante y miro hacia delante, a la luz del día.
He caminado un largo trecho donde tu luz me fue alumbrando cada día con mayor intensidad.
Miro también hacia atrás para ver el camino por donde me guiaste.
Gracias Señor por salvarme cuando estaba ciega, prisionera y angustiada.
Tú me llamaste y tuviste misericordia de mí.
Por ese milagro y muchos más, sé que tú estás en mí, ahora, y más allá de mis pensamientos.
Ahora veo con paz mi pasado, no para llorar por mis errores, sino para reconocer la ceguera espiritual en que me encontraba, pero que tu alumbraste poniendo en mi ser arrepentimiento y liberándome de todo lo negativo de mi interior.
Me diste también capacidad de perdonar a otros, pedir perdón y perdonarme a mí misma.
Gracias, porque en mi caminar de tu mano, nunca me abandonaste.
Pusiste el dedo sobre mis llagas para que a través del dolor de mis heridas tuviera que enfrentarme a ellas para poder EMPIEZA A DAR GRACIAS Y A SENTIR EL PODER DE LA GRATITUD.
Aunque tengas una lista de necesidades y deseos, pregúntate de qué dispones ya de lo que puedas sentirte agradecido. Busca las cosas de tu vida que despierten tu gratitud, aunque al principio te parezcan insignificantes.
Pronto comenzarás automáticamente a sentirte optimista y dichoso.
Haz una lista de agradecimientos y mira cómo va creciendo. Concéntrate en la abundancia que hay ahora en tu vida, no en las carencias.
Ve tu vida completa, plena, y mantén esa visión. Afírmala.
Llévala a cabo.
Conviértela en realidad.
No busques nada fuera de ti. Tú eres el Universo, contenido en su propia perfección