Hay una meditación budista muy interesante para practicar. En primer lugar he de poner el esfuerzo en meditar para igualarme a los demás. He de proteger a todos los seres como a mi mismo, porque todos somos iguales y deseamos la felicidad y no el dolor. Asi como yo deseo lograr una felicidad duradera, los demás seres también lo desean, y en este sentido todos somos iguales. ¿No es por lo tanto injusto desear mi propia felicidad al mismo tiempo que me olvido de los demás?
Ahora poseo esta preciosa existencia humana que es tan difícil de conseguir. Si no la aprovecho para alcanzar la Budeidad desperdiciaré una oportunidad de oro. Para lograr mi iluminación tengo que igualarme a los demás. Si lo consigo, seré capaz de adiestrarme en laas práctica de tomar y dar, cultivar las preciosas mentes de compasión y finalmente alcanzar la iluminación.
Puesto que nadie desea el menor de los sufirmientos ni se contenta con la felicidad que posee, no hay diferencia entre yo ylos demás, comprendiendo esto, ruego tus bendiciones para poder con alegria hacer felices a los demás.
En general los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, todos pueden ver pero pocos pueden comprender lo que ven. Pocos ven lo que somos pero todos pueden ver lo que aparentamos.