Cuando somos pequeños disfrutamos descubriendo el mundo en las cosas simples. Cuando somos adultos nos ponemos más graves y lo que podría ser una entretenida aventura, puede tomar ribetes de drama. Cuando somos más sabios volvemos a disfrutar de todo porque descubrimos que los conflictos no existen más que en nuestra mente programada.
Un conflicto es creado por nuestra mente programada, por una interpretación errónea de la verdad, por un recuerdo de algo que aprendimos o experimentamos en el pasado. El camino más corto para evitar sentirnos atrapados en un conflicto seria no hacer caso a lo que dice nuestra mente. No obstante, aún estamos en el camino para llegar a ese grado de liberación.
Recuerdo el caso de un matrimonio joven que estuvo a punto de perder su casa por un atraso en los pagos de la hipoteca. Vivieron seis meses de inmensa incertidumbre al ver que no podían pagar y se sentían inmensamente acongojados al ver que el caso seguía avanzando en los trámites judiciales. Realizaron varias gestiones que no resolvían el asunto y debido a eso acudieron al banco donde tenían la deuda y hablaron con la ejecutiva que llevaba su caso. La angustia era de tal magnitud, que la ejecutiva les ofreció una solución muy especial que puso fin a todo el padecimiento que habían tenido todo ese tiempo.
Luego de escuchar el relato les pregunté si alguna vez alguien en su familia había pasado por una situación parecida y efectivamente, así había sido. Ambos tenían alguna familiaridad con ese tema en particular.
Vivimos lo bueno y lo malo que de alguna manera traemos como recuerdo de nuestra infancia o como herencia de nuestro transgeneracional. Todo lo que nos sucede tiene alguna explicación lógica y consecuente con nuestro pasado. Sin embargo, esto no quiere decir que estemos destinados a recrearlo una y mil veces.
Todo conflicto viene a nosotros como una oportunidad para sanarlo, para trascenderlo y darlo por superado para siempre. Por eso se dice que cada problema trae su propio regalo del otro lado.
Aunque puede resultar muy esclarecedor ir a mirar al pasado para encontrar la causa raíz de nuestros conflictos, no siempre es posible hacerlo y no es necesariamente imprescindible. Lo que se presenta ante nuestros ojos nos está diciendo directamente lo que traemos en el recuerdo y por eso se está mostrando claro y manifiesto en nuestra existencia.
Observar los conflictos que tenemos en el presente, es más que suficiente como para dilucidar lo que traemos como recuerdo. Esta joven pareja pudo comprender que aquellos recuerdos eran los responsables de recrear esa situación y al dar luz sobre el asunto, pueden decidir declarar algo como esto: “decidimos que este patrón sea removido de nuestra existencia ahora y para siempre”.
Si ellos no destierran ese patrón de sus mentes, pueden volver a experimentar la misma situación en el futuro. Si abandonan el temor heredado a perder su casa, nunca más se verán en esa situación. Nótese que no solo se trata de pensar positivo “no la perderemos”. Se trata de eliminar la posibilidad de pérdida. Se trata de llegar a sentir que perder la casa es absolutamente imposible. Se trata de desconectar esa posibilidad de la ruta neuronal para siempre. Es como eliminar para siempre esa posibilidad.
Todo lo que nos sucede viene enganchado a un patrón mental que vive en la profundidad de nuestra mente. Por eso es importante darse cuenta que cada una de nuestras preocupaciones solo viven en nuestra mente y podemos decidir no atender a esa posibilidad. El futuro tiene muchas posibles combinaciones y es nuestro el privilegio de elegir cuál de ellas deseamos experimentar.
Cuando nos iniciamos en la tarea de elegir nuestros pensamientos conscientemente, tenemos la tendencia a pelear mucho con la mente y muchas veces nos sentimos mal porque no podemos controlar lo que ella nos dice. Pero no importa tanto lo que ella pueda decirnos, lo que realmente importa es que nos demos cuenta de que no estamos obligados a creer en lo que ella dice y así se termina el problema.
Somos hijos del amor y todo lo que sea ajeno a lo bueno, constructivo, armonioso y de paz, son solo ideas locas de nuestra mente que han sido incorporadas en algún momento sin habernos dado cuenta. Los hechos que tenemos al frente son la oportunidad para corregirlos.
¿Crees que puedas perder algo? ¿Crees que puedas quedarte solo(a) para siempre?¿Crees que puedas contraer cierta enfermedad? ¿Crees que no podrás salir adelante en algún proyecto?
Observa los patrones y toma conciencia de que ellos no tienen por qué seguir dirigiendo tu vida. Ten presente que no se trata de forzarte a pensar en el otro extremo. Se trata de saber que lo bueno es lo natural, que la vida no tiene ningún interés en que vivas en desgracia, que la vida no tiene ningún interés en impedir que el amor se exprese a través de ti. Todo lo contrario, a la vida le importa mucho que te sientas bien para que te sientas alegre y vital para que pueda fluir en todo tu ser.