El Poder de Reconocerte a Ti Mismo/a
¿Te sientes a menudo poco reconocido?
“Soy una persona muy agradable. Soy un buen tio y hago cosas buenas para la gente, pero parece que nunca me reconocen y eso me enfada,” comentó Martin en nuestra primera sesión telefónica.
Para mi, esta frase contiene mucha información respecto a cómo Martin está intentando controlar a los demás y a que se hagan responsables de él, y cuánto se está abandonando a si mismo.
Analicemos la frase.
“Soy una persona muy agradable. Soy un buen tio y hago cosas buenas para la gente...”
Ser agradable y ser amoroso a menudo son dos cosas muy distintas. Cuando Martin está siendo agradable para conseguir el reconocimiento, y luego se enfada cuando no recibe el reconociemiento que estaba buscando, ese ser agradabale es una forma de controlar el conseguir la validación que él quiere de los demás. Está entregando su Yo – su niño interior-a los demás para que lo definan, y cuando no lo definen en la forma que él quiere, se enfada con ellos. Pero el enfado realmente es del niño interior de Martin que está enfadado con él por dejar en manos de los demás la responsabilidad de definir su propia valía. Cuando ser agradable va con contraprestaciones, significa que es una manipulación.
Ser amoroso es muy diferente. Ser amoroso significa que estás siendo cariñoso sin expectativa alguna en lo referente a como la otra persona responderá. Significa que estás siendo agradable porque te hace a ti sentirte bien por dentro, en lugar de hacerlo para conseguir el reconociemiento de los demás.
“...parece que nunca me reconocen y eso me enfada.”
Esta frase indica que Martin estaba necesitado de reconocimiento porque no había aprendido la importancia y el poder de reconocerse a si mismo.
Lo que Martin estaba haciendo era, en lugar de reconocerse a sí mismo, juzgarse a si mismo duramente. Esto le hacía sentirte inadecuado, por lo que necesitaba la aprobaciñon de los demás para sentirse bien. Su auto-crítica era una forma de auto-rechazo, lo que le hacía vulnerable al rechazo de los demás.
El Poder del Auto-Reconocimiento
Martin necesitaba aprender a valorar su verdadero Ser – la esencia de su alma. Cuando le pedí que me dijera qué era lo valoraba de si mismo, dijo, “Soy elegante. Soy cariñoso. Y a veces tengo buen sentido de humor. Soy un gran trabajador y soy muy íntegro en lo que respecta al trabajo.”
El problema era que Martin nunca pensó en decirse a sí mismo estas cosas buenas. En lugar de eso, era rápido en decirse a sí mismo lo que hacía mal.”
“Justo ahora parecías estúpido.”
“No eres lo suficientemente bueno. Eres inadecuado. Si fueras adecuado, tendrías una relación amorosa.”
“Has cometido un error. ¿Qué pasa contigo?.”
Animé a Martin a que fuera consciente de sus auto-críticas – sin juzgarse a si mismo por juzgarse!- para que poco a poco pudiera dejar de tratarse a sí mismo con ese auto-rechazo. Le animé a que, en lugar de eso, le reflejara a su niño interior sus cualidades positivas, diciéndole a lo largo del día cosas como:
Eres tan inteligente. Gracias por esa gran idea.
Fuiste tan amable con esa persona. Cualquier mujer sería afortunada de tener una pareja tan amable como tu.
Los errores son experiencias de aprendizaje. No dicen nada sobre tu valía o sobre que seas adecuado.
Martin, al ir practicando el reconocerse a si mismo en lugar de rechazarse, se encontró con que su necesidad de reconocimiento por parte de los demás fue disminuyendo poco a poco. Junto con esto, dejó de enfadarse con los demás cuando no le mostraban reconocimiento. Y, lo que fue más sorprendente para él, se encontró con que los demás le reconocían más. Cuando los demás no sentían que su “simpatía” demandaba reconocimiento, dejaron de sentirse resistentes con él. Eran libres de experimentar su dar como un cariño genuino en lugar de como un comportamiento controlador al cual ellos necesitaban resistirse.
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