Unidad es fusión, diversidad replegada en energía pura, sin mácula. Unidad es entrega, compromiso, disposición desinteresada, engranaje de voluntades férreas al unísono, buscando un fin común excelso.
Unidad es dinamismo, es acción emprendedora, conjunción de energías estáticas (psíquicas y emocionales) puestas en movimiento, encontrando un punto eterno y completo en el horizonte difuminado de la Creación.
Cuando nos embarcamos en aras de la unidad , sentimos cerrar un círculo incompleto, inacabado , que debe ser abastecido de profundidad y plenitud.
Nada es mas contrario a la unidad que el concepto cerrado y matemático de unidad como un solo elemento.
Ningún ser humano puede sobrevivir aislado en una burbuja de sí mismo, porque nunca podrá completar el círculo inacabado de la Creación donde cada Hombre es una pieza fundamental.
Unidad es un deber humano . un Dharma( como menciona la doctrina Induísta.)
Sin potenciar y desarrollar esta cualidad o característica cósmica universal , el mundo expresado y manifestado ,está rotundamente perdido.
El ser humano debe percibir e intuír con sentido y percepción elevadas, atributos innatos en el Hombre, una cualidad excelsa e inéquivoca del alma humana y del espíritu del mundo.
Debemos estar preparados para rememorar aquello que nos interconexiona con todos los seres del planeta y del más allá (entendido como un estado desconocido pero de sólida existencia).
Esta “radiante conexión”, esta unidad esencial es una herencia genética astral y transpersonal que impregna la Humanidad con un código natural sagrado.
Oscilaciones rítmicas eventuales, ofuscación, complejas ecuaciones emocionales, nebulosas de obsesión; provocan en la persona que el reconocimiento intrínseco y fundamental de esta Verdad universal inalterable, se vea empañada ,incluso ensombrecida por la imagen de una falsa diversidad.
Asimismo, la única raza mundial es la Raza Humana. En realidad, no existen razas, sólo diferentes culturas, idiosincracias propias, movimientos de identificación colectivos, diversos roles de una misma esencia.
Por todo lo expuesto, podemos afirmar que el concepto de “filiación humana “está por encima de cualquier credo, raza o religión.
Unidad es esencia y nuestra esencia profunda, es la misma esencia que el resto de seres vivos e inertes del Universo (desde un cuerpo celeste hasta las capas más profundas de la Tierra).
Nuestra materia está compuesta por las mismas partículas subatómicas , las mismas moléculas, la misma energía condensada, pero con diferente frecuencia vibracional, que el resto de la materia que compone el conjunto de la Creación. De aquí la diversidad en la unidad.
Pondré un pequeño ejemplo:
Una hermosa flor, podrá llamarse o identificarse mediante diferentes nombres (rosa, margarita, clavel, lirio… ) pero, en esencia siempre será una flor, e incluso, un ser vivo dentro de la estructura vital del mundo vegetal.
En similitud con lo expuesto, el ser humano podrá tener diferentes atributos o características existenciales pero su definición esencial, su nombre auténtico, es el Amor que es la esencia misma de la unidad.
Es necesario cerrar la circunferencia universal del Amor a través de pensamientos y actos comunes y sagrados dirigidos a este empeño, a esa gran empresa cósmica en la que todos debemos trabajar.
Un volver a nuestro origen estelar, volver a balbucear como infantes del cielo, la maravillosa melodía de la unidad, el canto sublime de la Creación.
“y…un jazmín en un rosal, me enseñó la Flor de la unidad”
Irene Ríos Perez