Cada vez que escucho a alguien hablar de algo que ya no existe, me pongo a pensar en qué punto está cercenando su capacidad actual y futura de hallar plenitud.
Por ejemplo, al inquirir: “¿Practicas algún deporte?”, más de una vez me han dicho: “Sí, fútbol, cuando era joven jugaba muy bien, me gustaba ser delantero, entrenaba tres veces por semana, corría incansablemente durante todo el partido…” aunque ese hombre no pise una cancha hace décadas. O el común “¿hablas otro idioma?” suele tener como correlato: “Pues sí, claro que hablo, yo tenía gran facilidad para el inglés en la escuela, tuve las mejores calificaciones, recuerdo que en una ocasión estuve conversando con personas nativas sin inconvenientes…”.
Este tipo de respuestas eluden la pregunta del momento actual, ya que solo hace referencia a hechos del pasado y, en muchos casos, quien relata esos eventos está bastante convencida de que sigue teniendo el mismo estado físico o los mismos conocimientos y pericia que en su adolescencia o juventud.
Es que suele ser tan habitual rememorar glorias pasadas como quedarse atascado en lo que sucedió.
Muchas veces, esto está relacionado con la idea de que todo tiempo pasado fue mejor, pero este concepto condiciona el futuro: si sostienes esta premisa, estarás determinando que nada de lo que te sucederá de ahora en más será comparable a lo anterior, todo tendrá menor brillo, poca intensidad y casi ninguna probabilidad de hacerte feliz (o “tan feliz como fuiste en otra época”).
Si en algo en lo que fuiste muy bueno no se refleja en el presente por el motivo que sea y esto de alguna manera te molesta, te condiciona o sientes que es una asignatura pendiente, lo principal es reconocerlo y ver si hay algo que puedes hacer: quizás haya llegado el momento de retomarlo, independientemente de que tu rendimiento sea diferente: la pasión y la adrenalina que generaban en ti seguirán siendo las mismas.
Se dice que el cuerpo tiene memoria, y la mente también la tiene: si lo decides, tienes la posibilidad de volver a disfrutar de aquello que tanto te gustaba al nivel que puedas alcanzar ahora, con el transcurso de los años. Reencontrarse con esa felicidad que te aportaba dará lugar a un cambio positivo en tu vida actual.