Si estas tratando de manifestar algo solo con el uso de tu fuerza de voluntad, sin confiar en tus capacidades creativas y sin seguir tus deseos; tu mente dará vueltas, y vueltas, en circulo tratando de interpretar la realidad para poder idear la forma de conseguir un resultado.
Actuando de esta manera solo logras conseguir ansiedad y preocupación, ya que, es la naturaleza de tus sentimientos (tus emociones) no tu ego, ni tu intelecto, la única encargada de conducir el proceso creativo.
Es la imaginación la que se encarga de mover tus deseos a la realidad y el motor que la impulsa es el corazón. Cuando conectamos la mente y el corazón es cuando liberamos la fuerza creativa.
Recuerda que nuestros pensamientos crean nuestra vida conscientemente alineados por las leyes divinas, o inconscientemente manejados y manipulados por el caos en el mundo. En la medida en que estés concentrado en imágenes negativas, inseguridades, dudas, caos, miedos propios y generalizados, patrones de conducta destructivos, etc. lo único que conseguirás manifestar será estrés, caos, desilusión y dolor.
Para que tus pensamientos creen de acuerdo con las leyes divinas lo que necesitas hacer es conseguir en ti la voluntad, la determinación y el entusiasmo para dejar de controlar, o para dejar de sentir la necesidad de controlar, las cosas que no puedes controlar (por ejemplo, las cosas que los demás hacen o dicen), y concentrar tu atención en lo único que de verdad, y que en cualquier circunstancia, puedes controlar: “tus emociones”.
Decide tomar la vida como venga, con el propósito de hacer lo mejor que puedas en medio de cualquier circunstancia. Convéncete de que “nada podrá salir mal”, porque cada experiencia que vives, no importa cuan dura sea, o haya sido, o cuan difícil parezca ser, es solo un indicador que sirve para ayudarte a tener claro que es lo que NO deseas en la vida y que es lo que verdaderamente deseas para que puedas enfocarte solamente en ello.
Busca cosas que apreciar y agradecer, aun cuando no hayan muchas.
Busca aquello que te hace sentir bien, aun cuando sea poco.
Pon toda tu atención en aquello que te hace sentir bien.
No importa lo que hagas, donde estés o con quien estés, tu función consiste en, única y exclusivamente, “sentirte bien”. Sentirte bien cuando miras algo… cuando hueles algo…cuando tocas algo, o cuando escuchas algo…
Si todos los días buscamos experimentar lo que nos hace sentir bien, lograremos aumentar gradualmente nuestra vibración. Altos niveles de vibración se alcanzan cuando conseguimos mantenernos prolongadamente experimentando emociones como: El amor, la alegría, la pasión, la libertad, la claridad, la gratitud, el entusiasmo, la compasión y la entrega. Vibrar a la velocidad de esas emociones es lo que yo llamo vibrar a la velocidad del espíritu.
Cuando nos mantenemos vibrando cerca de nuestro espíritu, dejamos de vivir en resistencia y cooperamos para que nuestra vida fluya lo mejor posible. Manteniendo esta relación, lo mas estrecha posible, hace que todo aquello que deseamos comience a manifestarse en nuestra existencia…
Karim Temple.