¿A quién no le ha pasado alguna vez? Tocar a un amigo, rozar a un compañero de clase o trabajo y, de pronto, ¡Ese chispazo repentino y doloroso que nos deja casi sin aliento! ¿Por qué ocurre?.
Hay personas que suelen comentar aquello de que viven con la electricidad estática en su cuerpo y que apenas pueden tocar nada sin sentir dicho calambre repentino. ¿Es esto verdad? ¿Hay personas más sensibles que otras a este fenómeno tan común?
¿Por qué hay personas que tienden a sufrir más la electricidad estática?
La electricidad estática no es visible pero forma parte de nuestra vida. Ahora bien, no por común significa que sea inofensiva, porque además de producir calambres también es capaz de generar incendios y explosiones. Hay que controlarla.
Pero, ¿qué es realmente? Bien, para hacerlo sencillo hemos de recordar eso que tantas veces nos explicaron en el colegio: todos los materiales están formados por átomos, y a su vez, estos átomos están formados por un núcleo con carga positiva alrededor del cual, se mueven uno o más electrones negativos.
La electricidad estática, tal y como nos dice la misma palabra, es electricidad que se genera en reposo. ¿Y de qué forma? Lo habitual es que la carga de esos átomos sea neutra: la positividad del núcleo se iguala con la suma de las cargas negativas de todos los electrones que giran a su alrededor.
Ahora bien, en el momento en que se gana o se pierde algún electrón, aparece el problema, el desequilibrio. Un átomo que pierde uno o más electrones pasa a tener carga positiva, mientras que un átomo que gana uno o más electrones pasa a tener carga negativa. La electricidad estática se genera a consecuencia de una acumulación o exceso de carga eléctrica (casi siempre debida a la fricción) en un material aislante, o en uno que, pese a ser conductor de electricidad, se encuentra aislado. ¿Un ejemplo? El más clásico: poner la mano en la puerta del coche para cerrarla y sentir un horrible calambre.
El coche, como ves, ha acumulado electricidad estática durante la marcha debido al roce del aire con la chapa, la libera a través de nuestro cuerpo, ya que somos excelentes conductores de electricidad, mientras que las ruedas, gracias al material del que están hechas, la aíslan.
No hay personas especialmente sensibles a la electricidad estática
En efecto, tal y como nos dicen los expertos no hay personas “más sensibles que otras” a la electricidad estática. En realidad, lo que ocurre es lo siguiente:
Hay quien es más tendente a acumular mayor electricidad debido a su forma de vestir y a su calzado. Fíjate pues en qué materiales sueles usar. Cuidado si siempre llevas lanas o tejidos sintéticos o acrílicos, cuidado también si en tu casa o en tus centros de trabajo hay moquetas o alfombras.
Resulta curioso en muchos casos cómo personas que por los materiales que llevan en su cuerpo, o los objetos que han tocado, han sido capaces incluso de cortar una conversación telefónica solo con tocar a esa persona que está hablando. Hay “chispazos” que hasta se escuchan y se ven, de ahí que debamos tener mucho cuidado.
Toma nota de cómo evitar y liberarte de la electricidad estática:
- Ponte zapatos con suelos de goma.
- Si notas que tienes electricidad estática en las manos, lávatelas con agua, de ese modo hacemos una buena descarga de toma a tierra.
- Tocar el metal, la cerámica o el terrazo también te liberará de ella.
Y cuidado, porque según nos dicen algunos estudios padecer estrés también genera cambios en nuestro cuerpo que nos hace más sensibles a la electricidad estática. Así que si es tu caso, no lo dudes, tómate la vida con más tranquilidad, cuida de tu calzado y evita también tocar la puerta del coche cuando salgas de él…¡Es el caso más común de sufrir estos calambres!