El Moviembre?
Podremos ver la Luna más grande y brillante desde el 25
Este lunes, 14 de noviembre de 2016, es un día señalado para lunéfilos y lunáticos porque dentro de unas horas, y por cortesía de las leyes de Newton, tendremos la oportunidad de ver la Luna más grande y brillante desde el 25 de enero de 1948. En aquella ocasión me lo perdí porque nací casi un año después, pero el espectáculo de la superluna vuelve la tarde del lunes y es probable que alguno de los dos mil millones de móviles que pululan por la superficie del globo capte esta vez la imagen lunar del siglo. ¿Por qué es tan importante?
Las órbitas de los astros no son circulares sino elípticas. La Luna, en su viaje alrededor de la Tierra, tiene un máximo acercamiento de 356.500 km (perigeo) y un máximo alejamiento de 406.000 km (apogeo). Y la Tierra, en su viaje alrededor del Sol, se acerca unmáximo de 147 millones de kilómetros y se aleja un máximo de 152. Reunamos coincidencias y consideremos la situación en la que el perigeo se alcanza muy cerca del momento en el que se alinean el Sol, la Luna y la Tierra.
La diferencia será este lunes de apenas dos horas, por lo que la Luna llena se verá un 14% más grande y hasta un 30% más brillante de lo habitual. Además, en ese instante la Luna estará a 147.985.477 km del Sol, es decir, muy cerca también de su máximo acercamiento a la estrella, una ayuda suplementaria para un plenilunio esplendoroso (a las 00.00 la iluminación será del 99,4%). Hasta aquí las mejores condiciones para el objeto observado. Pero una simple nubecilla puede arruinar la fiesta, así que conviene optimizar también las condiciones del sujeto observador.
ATMÓSFERA LIMPIA
Para un espectador en Madrid la Luna saldrá a las 18 horas y 24 minutos. Hay escenarios más apropiados. Conviene que la atmósfera sea limpia y seca y conviene situarse de manera que en el horizonte, por donde vaya a asomar la Luna, se recorten las siluetas de árboles o edificios. Estas referencias servirán para que el cerebro estime espontáneamenteel tamaño de las cosas. Es un escenario perfecto para que una ilusión óptica se sume al espectáculo.
En efecto, cerca del horizonte la gran bola de la Luna parece mucho mayor que horas más tarde, cuando flota allá arriba sola, colgada en el firmamento. Para convencerse de ello, basta tomar dos fotografías de la Luna (o del Sol), una pegada al horizonte, otra en lo más alto, y comprobar luego que los diámetros son idénticos en ambos casos.
Por el mismo precio, durante el amanecer de la luna, ésta se verá de color rojizo ya que, estando cerca del horizonte, su luz viaja un trecho más largo a través de la atmósfera antes de alcanzar nuestra retina. El aire absorbe entonces las longitudes de onda más cortas en beneficio de la luz roja o anaranjada. Faltan pocas horas para acomodarse en algún buen lugar de un buen desierto con una buena palmera en el horizonte y con un buen vaso de vino en la mano para disfrutar de unos buenos segundos de gloria cósmica. Si algo sale mal siempre podemos intentarlo de nuevo en el 2034.
Nubes y claros en Catalunya
Observar la Luna no es lo mismo que observar las tradicionales lluvias de meteoros o un débil cometa. Lógicamente, siempre y cuando el observador no tenga por delante algún edificio o cualquier tipo de instalación, no hace falta buscarla porque se verá sin quererlo. Ahora bien, las nubes que en Catalunya dominarán toda la jornada pueden entorpecer una visión nítida. Según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este lunes se esperan chubascos débiles a primera hora de la mañana en parte del litoral y en el Pirineo de Lleida, con tendencia a una clara mejora a medida que avancen las horas. Si el cielo nocturno se encuentra despejado, entonces es muy posible que la visibilidad sea excelente debido a la presencia de viento del norte. Quien no tenga la oportunidad de ver la Luna en su perigeo, siempre podrá observarla al día siguiente: el cambio será mínimo.
El país.