Los pensamientos autolimitantes

A la hora de abordar la realización de un deseo, existen dos obstáculos fundamentales que podrían catalogarse del siguiente modo:

• Hechos objetivamente limitantes, que consisten en las dificultades objetivas que nos impiden alcanzar una meta. Si bien no son necesariamente insuperables, sí suponen un escollo cuya superación requiere una inversión de recursos fuera de nuestro alcance inmediato.
  
  
• Pensamientos autolimitantes, basados creencias sobre impedimentos personales que, con frecuencia, tendrían un margen de superación con una moderada inversión de recursos, pues a menudo dependen de circunstancias, actitudes y aptitudes que podemos modificar o desarrollar. Cuando se interiorizan estos pensamientos sin someterlos a un severo análisis, se corre el riesgo de no distinguir los hechos objetivamente limitantes de aquellos impuestos por nosotros mismos en base a pensamientos negativos, los hechos subjetivamente limitantes.
  

Así, si nuestro sueño consiste en convertirnos en astronautas, la mayoría de nosotros estaremos sometidos a hechos objetivamente limitantes, como aquellos derivados de nuestra falta de formación, nuestro lugar de nacimiento, el estado de la ciencia y de la técnica o las políticas aeroespaciales.

No obstante, proyectos como el emprendimiento para abrir un establecimiento comercial, tocar un instrumento musical con solvencia o dejar de fumar, a menudo se ven trabados por los pensamientos autolimitantes: "no sirvo para la atención de cara al público", "no dispongo del dinero necesario para realizar la inversión", "no tengo la menor idea de solfeo", "carezco de talento o de oído" o "me falta fuerza de voluntad para abandonar mi adicción al tabaco".

La distinción entre la objetividad y la subjetividad de los hechos limitantes puede resultar obvia en muchos casos, pero en tantos otros requiere de un análisis crítico de las propias experiencias y de nuestro entorno socio-cultural.

Podemos observar constantemente ejemplos de superación en personas con ciertas discapacidades físicas convertidos en atletas, o de otras con discapacidades intelectuales que gozan de plena autonomía; existrán hechos objetivamente limitantes que les impidan participar en competiciones convencionales o alcanzar reconocimiento en el progreso científico, pero la reordenación de sus recursos ha permitido un grado de realización que con toda certeza se hubiera visto impedido por los pensamientos autolimitantes.

Los hechos limitantes, sean de carácter objetivo o subjetivo, reprimen nuestra iniciativa a la hora de tomar acción; debemos esforzarnos en discriminar su origen y gestionar nuestros recursos para evitar la frustración, sea por el éxito jamás alcanzado, sea por aquel jamás perseguido.

B. Vega - F. Salas - J.M. Rodríguez.