Sabemos que a través de los sueños nuestros seres queridos desencarnados pueden ponerse en contacto con nosotros; de hecho, es uno de los medios que ellos más utilizan para comunicarse. Sin embargo, el tema se vuelve complejo a la hora de discernir entre los auténticos contactos astrales que se producen mientras dormimos y aquellos sueños producidos únicamente por nuestra mente física. En este post trataremos de enseñarte las diferencias entre ellos, así como otros aspectos referentes a este tema.
SUEÑOS Y COMUNICACIÓN
Cuando alguien muere (desencarna) y pasa al mundo espiritual, a la postvida, puede tratar de comunicarse con sus seres queridos que continúan vivos en el plano físico de diferentes maneras. Una de las más frecuentes es tratar de establecer comunicación cuando la persona se queda dormida. Veamos por qué.
Todas las noches, cuando nos acostamos a dormir, llega un momento en el que nuestro cuerpo astral sale del cuerpo físico y viaja por su plano, el astral, mientras el cuerpo físico se queda en la cama acostado. Por lo general, no recordamos estos viajes que hacemos cada noche, ya que en el plano astral estamos también medio dormidos, semiinconscientes a lo que sucede a nuestro alrededor allí. Recordemos ahora que el plano astral es el mismo al que vamos tras morir, por lo ese lugar está lleno de seres desencarnados, así como de habitantes propios del astral. De este modo, si hemos perdido a un ser querido es muy posible que él se encuentre en ese plano y aproveche que estamos ahí durante el sueño para poder comunicarse con nosotros, por lo que esto se convierte en un medio de comunicación muy sencillo para ambos. Sin embargo, hay varias cosas que pueden imposibilitar esta comunicación. Pese a que estamos en ese momento en el mismo plano (el astral), es posible que al estar nosotros semidormidos, no seamos capaces de ver a los desencarnados o de escucharlos con claridad, por lo que la comunicación no es eficiente.
Sin embargo, el problema más frecuente es este: cuando perdemos a alguien, solemos estar muy dolidos y con una gran carga mental de pensamientos y emociones negativas; esto hace que, al dormir y marcharnos al astral, esta carga que llevamos nos rodeé y nos impida ver lo que hay alrededor de nosotros en ese plano. De este modo, es imposible que nuestro ser querido pueda hablarnos o comunicarse de algún modo con nosotros; por ponerte un ejemplo, imagina que estás escuchando música muy fuerte a través de los auriculares y con los ojos cerrados; un amigo tuyo llega y trata de hablar contigo, te hace señales, te grita, pero es imposible que tú te hagas consciente de que él está allí. Pues esto sucede en el astral, sólo que en vez de música estamos enfrascados en nuestros pensamientos y emociones.
Por otro lado, tenemos los sueños producidos por la mente física. Estos sueños, elaborados únicamente por el cerebro, podemos recordarlos como experiencias reales, como una especie de contacto astral, sin embargo no es así. Mientras dormimos, el cerebro reestructura la información consciente e inconsciente que hemos recibido a lo largo del día o de semanas; se mezclan pensamientos, emociones, aprendizajes, etc. para reelaborarlos y asimilarlos; así, por ejemplo, alguien que sufre depresión o estrés intenso suele tener pesadillas, pero esto no está relacionado con el plano astral, sino por su experiencia física y por la elaboración que el cerebro está haciendo de esa información durante el sueño. También es frecuente que, al morir un ser querido, nuestro cerebro asimile el trauma y produzca sueños con ese familiar, pero esto, de nuevo, no es un contacto astral real, sino algo físico.
La principal duda, por tanto, es cómo distinguir un auténtico contacto astral de un sueño puramente físico. Por desgracia no tenemos información de investigaciones referentes a este tema, pero tras varios años escuchando decenas de casos en nuestra comunidad, sí hemos podido elaborar un pequeño listado que puede ayudar a distinguir entre ambas experiencias.
Quienes relatan auténticos contactos astrales durante el sueño, los distinguen de este modo:
• Al despertar, los recuerdan de una manera muy nítida, con gran claridad en cuanto a los detalles.
• La sensación que se queda tras despertarse es de quietud, de tranquilidad y de alegría.
• Hay gran seguridad de que se ha contactado con el ser querido.
• Los seres queridos dan mensajes de esperanza, de supervivencia tras la muerte; en ningún caso hay recriminaciones ni elementos negativos (este punto es muy importante, ya que cuando se trata de un sueño puramente físico, suele estar lleno de elementos de culpabilidad y emociones negativas, producto de nuestro trauma).
• Pueden dar información que no se conocía antes, o mostrar símbolos importantes para la persona que está recibiendo el mensaje.
• El recuerdo de ese contacto dura mucho más tiempo que el recuerdo de un sueño cotidiano, físico; de hecho, hay quien lo recuerda claramente durante años (esto no sucede nunca con los sueños físicos, que se evaporan a los pocos minutos u horas tras despertarnos).
Por tanto, estos puntos pueden ayudarte a distinguir un contacto de un sueño, de manera general.
Hay otro tema, relacionado con los sueños, que se nos consulta bastante, y es el de las personas que no reciben ninguna comunicación con sus seres queridos, ni en sueños ni por ningún otro medio; estas personas se preocupan, pues piensan que a sus seres queridos les puede estar sucediendo algo negativo en la Postvida. A esto nos queremos referir a continuación.
Como hemos explicado anteriormente, es posible que el contacto a través de sueños no se produzca porque la persona está emocionalmente bloqueada, imposibilitando que su ser querido su le muestre en el plano astral, pero también hay otros aspectos que pueden ser responsables de esta no-comunicación. Como ya hemos visto, el plano astral está compuesto por diferentes subplanos, desde los más densos a los más elevados vibracionalmente; si nuestra vibración y la de nuestros ser querido es muy diferente, nosotros al dormir viajamos a un subplano que responde a nuestra vibración y nuestro ser querido desencarnado se encontraría en otro diferente, por lo que la comunicación en ese momento no es posible. También existe la posibilidad de que, si ha fallecido hace poco tiempo, el desencarnado esté adaptándose al nuevo plano y todavía no tenga la habilidad suficiente para ponerse en contacto; con el tiempo, esto se solucionará, igual que la diferencia vibracional que comentábamos anteriormente.
Por último, también puede suceder que nuestro ser querido no se ponga en contacto con nosotros porque, o bien no lo crea conveniente para no hacer daño (ya que el impacto nos puede afectar) o bien porque sus Guías le aconsejen no hacerlo, para no interferir con tu propio proyecto espiritual.