una de las cosas más importantes es la necesidad de darle tiempo a la meditación por la mañana o por la noche, la de aquietar toda actividad exterior para que la Presencia interna pueda surfir sin obstrucción.
Meditar no significa otra cosa que sentir la presencia de Dios en nosotros, por eso cuando se entra en meditación no debemos arrastar con nosotros todas la pertubaciones que nos han atacado hasta el momento.
Hay que quitar conscientemente del sentimiento y de la atención todo aquello que pueda perturbar, pues es una actitud para sentir la Presencia de dios y no para resolver todas las molestias. Atraemos hacia nosotros en nuestra vida aquello en lo que meditamos, por lo cual vemos la importancia de meditar en aquello que nos eleva.
Se dice que meditar en un Maestro de Luz es atraer su conciencia hacia nosotros enriqueciendo con ella nuestra conciencia nos unificamos con el Maestro y absorbemos su sculidades y bendiciones particulares, asi mismo si meditamos en Dios estaremos atrayendo Su Luz, Su Paz y su perfección.
La meditación requiere silencio externo e interno, quietud externa e interna, concentración para sostener la atención en el objetivo de nuestra meditación, y su práctica redundará en mentes más claras, ordenadas, abiertas e iluminadas; sentimientos más serenos, calmados, esto se refljará en nuestros movimientos más armoniosos y aprenderemos a sostener el canal abierto a través del cual pueda fluir sin obstrucción la guia de lo superior, evitándonos comerter de nuevo errores, es un camino hacia el auto-control
La falta de meditación es realmente un freno a la evolución de nuestra existencia, ya que debe siempre acompañar a la accion en forma equilibrada. Si meditamos en todo lo que es Luz y bienestar, atraeremos eso a nuestras vida y mundos, de igual forma si meditamos en lo problemas estaremos permitiendo que crezcan y el sentido comun nos dirá que tenemos que hacer.
Meditar, no es pedir, orar no es demandar, es abrirse a recibir, es soltar lo humano y buscar lo Divino, es buscar contacto con Dios y sus mensajeros, es abrir la copa de la conciencia divina para que sea llenada con lo que necesitamos para caminar de regreso a la unión con el todo, es forjar el sendero que nos conecte en linea directa con la Fuente de toda solución y bienestar.
Aprender a hacer de esto una disciplina es nuestro entrenamiento, hasta que disfrutemos de ese intimo encuentro con vuestro verdadero ser.
En general los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, todos pueden ver pero pocos pueden comprender lo que ven. Pocos ven lo que somos pero todos pueden ver lo que aparentamos.