by Jesús Marrero
Cada día me convenzo más que en esta sociedad hace falta gente práctica. Personas que no deambulen entre un mar de dudas, sino con las ideas claras de lo que quieren.
Considero que un buen líder ha de ser una persona pragmática, directa y dispuesta a luchar por ejecutar su proyecto. Sin embargo, en algunas ocasiones nos perdemos entre los pros y los contras, dándole vueltas y más vueltas a una decisión, en pensar en el “qué dirán”, en los miedos y en las ambigüedades, haciéndonos personas más inseguras, temerosas y poco funcionales.
Aquí os dejo estos cinco rasgos de personalidad de una persona práctica
1) Una persona práctica es decidida:
Tiene claridad de ideas para ver cuál es su meta. Sabe los caminos que tiene que tomar para llegar a ese lugar y, aunque no siempre las cosas saldrán bien, es capaz de reponerse a las adversidades y seguir el camino para llegar a lograr su objetivo.
2) Una persona práctica asume los riesgos:Asumir riesgos: algunos son tan épicos que merece la pena el esfuerzo
No se trata de ser alocados, sino de seguir adelante pese a los riesgos.
Cualquier actividad que realizamos en la vida tiene riesgos. Desde cambiar de trabajo, hasta cruzar la calle. Lo importante no es desafiar el riesgo que supone el cambio, sino que a pesar de tener miedo y conocer que algo puede fallar, podemos seguir adelante y no paralizarnos por la posibilidad de que algo no funcione.
3) La persona práctica no vive de elogios ni críticas:
Criticar es fácil. Mover el trasero y hacer algo al respecto no tanto
No espera la aprobación o desaprobación de otros para llevar adelante los proyectos. No es necesario, ni tampoco bueno, hacer cosas por una recompensa o dejarlas de hacer por una crítica. La persona práctica desarrolla sus habilidades porque cree y ama lo que hace.
4) La persona práctica es coherente:
La ambigüedad no tiene cabida entre sus planes. No hay nada peor que alguien que no es capaz de mantener sus ideas y que varía su opinión en función del lugar donde se encuentre. La persona práctica es consecuente con sus ideales y coherente en su vida.
5) La persona práctica debe ser humilde:
Y así es como el Papa Francisco almuerza en el Vaticano
La prepotencia no es un buen aliado. Ser práctico no significa ser arrogante ni descuidados con quienes trabajamos. Hay que tener en cuenta todas propuestas, realizar una escucha activa y sumar aquellas ideas que ayuden a la consecución de los objetivos.
Hay que tener la humildad de reconocer el valor de otras ideas y la capacidad para saber dónde nos equivocamos para aprender y no tropezar en el mismo lugar.
Con todo, necesitamos gente más pragmática, sin tanta demagogia, que den seguridad y confianza a las personas con las que se rodea y que sean eficaces en lo que hacen.
No se trata de ser “los mejores”, sino de evitar perdernos en marañas de pensamientos, caminos, ideas, haciendo que las metas se alejen cada vez más.
Hace falta gente práctica que visualice un objetivo, trace un plan y vaya a por ello, sin dar tantos rodeos ni poner tantas pegas. En todos los ámbitos de la vida.
Necesitamos personas prácticas.Articulo escrito porJesús Marrero.