Es muy cómodo estereotipar a una persona.
"Fulano es así" y esta afirmación quedó para siempre
en la mente de quien la emite.
De este modo no se necesita un esfuerzo
para conocer a la otra persona.
Los prejuicios y los estereotipos
se aprenden tempranamente de manera inconsciente.
Sirven para justificar el odio
hacia otras personas, razas o pueblos.
En ellos está la causa principal de las peleas entre familias
y las guerras entre las naciones,
algunas permaneciendo durante siglos.
Seguramente a usted no le gustará
que los demás le tengan prejuicios.
Entonces es conveniente que se conozca bien
y observe si no los tiene usted hacia los demás.
Liberarse de ellos le permitirá ganar amigos
y conocer muchas personas interesantes,
aprendiendo de sus comportamientos y pensamientos.
Es muy fácil rodearse de personas que piensan como usted,
pero esto no enriquece su vida
ni amplía su conocimiento de la vida.
Busque a personas que son diferentes,
aprenda a respetar las diferencias
y considere a cada persona
como un ser único en el Universo.
Todas las personas tienen sus virtudes y defectos.
El liberarse de los prejuicios no significa
que cierre los ojos ante las debilidades humanas.
Se trata de no poner un estigma
sobre todo un grupo de personas
por las acciones de unos pocos.
Evite culpar a los demás por lo que le sale mal a usted
y procure reflexionar que cada ser humano
es una criatura divina y como tal,
tiene un maravilloso propósito en la vida.
Autor: Sergio Valdivia Correa