Qué será en tu presencia cuando rinda mis cuentas.
¡De las horas vividas, de mis horas desiertas!
Tú, Creador de los mundos, de la luz, de los días.
Yo, sin nada en las manos...Con las manos vacías.
Ay! Señor, que vergüenza cuando llegue a tu vista
-cuando estando en el mundo, ya en el mundo no exista-.
pedirás que te diga lo que tú ya sabías:
Que te explique la causa de mis manos vacías...
No valdrán las excusas que mi mente alimenta,
porque todas, del tiempo, no completan la cuenta.
Te diré que en mi tiempo fabriqué fantasías...
Me dirás que a Ti llego, con las manos vacías.
Trataré con mis manos, de abarcarme a mí mismo
Y decirte que llevo en las manos mi abismo,
Que no llevo las obras que de mí esperarías,
mas no llego a tu vista con las manos vacías.
Sonreirás del intento de abarcarme a mí mismo
Y tratar con mis manos de abarcar el abismo.
Mostrarás Tú las manos, cuando extienda las mías
Y veré que he llegado con las manos vacías.
Mario Garrido Lecona