1. Te sientes víctima, falta de responsabilidad, actitud pasiva.
2. Hay mucha demanda afectiva, nada es suficiente.
3. Relaciones no duraderas, no saber construir. Impaciente e intolerante.
4. Sobredimensionas los problemas, haces berrinches.
5. Egocéntrico, solo piensa en sus necesidades o se pierde en el otro y olvida sus necesidades.
6. Dependencia y control, celoso, posesivo, no saber soltar.
7. No sabe terminar o poner límites.
8. Tiene un profundo sentido de la desconfianza. Abandonado, traicionado.
Vives representaciones de la infancia con tu pareja.
– Son experiencias donde recreas lo vivido en la infancia, la misma sensación de no valía, soledad, rechazo, vergüenza.
– El niño interior forma nuestro sistema de creencias básico.
– Hay experiencias que aprendimos en base a carencias y que hoy debemos transformar.
¿Qué busca tu niño herido?
Nuestro cuerpo emocional, que es donde está lo que vivimos en la infancia buscar terminar su proceso de maduración y para eso es necesario darle espacio a las necesidades de la infancia.
Cinco cosas que te pide tu niño herido.
1. Recuperar tu yo auténtico, ese que se quedo oculto tras la máscara.
2. Cerrar ciclos, sanar, llorar lo que se quedó no expresado.
3. Hacer crecer a tu adulto, haciéndote cargo de tu yo vulnerable crecerás como ser humano.
4. Enseñarte a ser una buena madre-padre de ti mismo, aprender a amarte.
5. Recuperar poder y autoafirmación, inframundo.
Cinco maneras de mirarlo.
1. Hazte responsable de tus necesidades, no culpes, ni busque padres-madres por todos lados.
2. Para a la Víctima, esta parte de ti puede hacerte patinar en el dolor por años.
3. Observa en qué situaciones del presente se dispara el niño y si esta enojado, triste, tiene miedo, descubre tu emoción adictiva.
4. Aprende a tener un dialogo contigo, habla con tu yo herido y toca su dolor.
5. Deja de recrear lo que tanto le dolió en la infancia.