Nos conocemos, nos atraemos, comenzamos a salir, nos gustamos y, si las cosas fluyen, terminamos en una relación. Esos son más o menos los pasos que la mayoría de nosotras atraviesa antes de formalizar un vínculo de pareja, ¿verdad? Pues, es hasta que estamos dentro de la relación que no nos damos cuenta o no llegamos a conocer el equipaje o la carga emocional del otro. En mayor o menor medida, todos tenemos nuestro equipaje, es parte de la vida. Sin embargo, el de algunos es tan pesado que se vuelve muy difícil mantener una relación sana y estable. Entonces, lo ideal sería poder detectarlo a tiempo para decidir si deseamos comprometernos con esa persona en las primeras instancias de la relación, y no cuando ya se encuentra muy avanzada y estamos súper involucradas.
Las principales cargas emocionales están relacionadas con la familia, la ex pareja y la depresión. Pueden prestar atención a varios signos de alarma para detectar a tiempo cuán pesadas son y si será posible vivir una relación sana.
Problemas familiares
Los problemas con la familia de origen, especialmente con sus padres, son unas de las cargas emocionales más frecuentes. Aunque todos atravesamos esa etapa en la que nuestros padres pasan de ser héroes a convertirse en seres humanos, es muy distinto cuando el vínculo que hay con los hijos es tóxico o está contaminado por el maltrato o la manipulación. A veces, también puede suceder que tiene un hermano o hermana con problemas, como por ejemplo de adicción, y toda su familia está pendiente de él o de ella.
Entonces, ¿cómo detectarlo? Bueno, si tu chico tiene problemas serios con sus padres seguramente te hable muy mal de ambos, o de uno de ellos, y/o te contará la pelea que tuvo el último fin de semana que fue a visitarlos. También puede suceder que presencies cómo arma un escándalo familiar en medio de una reunión. En cambio, si la carga emocional viene por el lado de un hermano o una hermana, notarás que es su prioridad número uno y que está constantemente preocupado por él o ella.
La figura de la ex
Si te habla de su ex, te dice que aún son amigos o te das cuenta de que ese asunto aún no se ha terminado, es mejor que salgas por la misma puerta que entraste porque no está preparado para comenzar una relación seria. Luego de una ruptura, lo más recomendable es esperar un año antes de involucrarse con alguien para evitar contaminar ese nuevo vínculo con la carga emocional que, lógicamente, dejó la relación anterior.
No intentes engañarte a ti misma diciéndote que eres mucho mejor que la ex y que lo ayudarás a olvidarla. Simplemente, él no está preparado aún para ver todo tu potencial, ni para valorarte como te lo mereces. Presta atención a cuánto habla de ella, si aún se ven para tomar un café, si guarda fotos o recuerdos de ella en su casa y si te compara con ella en algún sentido.
Depresión
Es cierto que la depresión se puede controlar con el tratamiento médico adecuado y, cuando es así, casi no notarás que tu pareja tiene ese problema. Pero si el tratamiento no funciona, lo abandona o no tiene ganas de hacerlo, verás que cambia constantemente de humor, le cuesta sociabilizar con otros, tiene una autoestima baja y es muy crítico consigo mismo, se queja mucho, tiene una mirada pesimista del futuro, se enoja fácilmente y busca motivos para pelear.
No sientas culpa si te parece que no estás preparada o no tienes ganas de mantener una relación con alguien que está pasando por ese momento. Piensa en lo que a tí te hace bien y en lo que deseas.
Si bien es imposible convertirnos en adultos sin acarrear ninguna carga de ningún tipo, hay cargas y cargas. Deberás evaluar si el equipaje emocional del otro les permitirá comenzar una relación sana, estable y con cierta proyección.