El hombre tiene que aprender a vencer el miedo y a llenar su vida en cinco dimensiones: física, mental, social, afectiva y ética, que, a su vez, están soportadas sobre diez pilares: amor, humor, empatía, sabiduría, libertad, salud, motivación, autocontrol, valentía y fortaleza y grandeza de espíritu.
"Los tres o cuatro primeros son, quizá, los más importantes, pero todos nos conforman.
Pilares básicos
En primera posición, sin duda, está el amor a uno mismo, a los demás y a la vida. Si tu no te quieres, no te valoras y no te aceptas difícilmente vas a querer a los demás y a la vida. Está todo engranado. El humor también es determinante, ya que nos protege de cualquier problema. El sentido del humor disminuye hasta un 80 por ciento las consecuencias de cualquier hecho negativo, como por ejemplo, un desamor.
También es fundamental la empatía, que es la capacidad de ponerse en lugar de los demás, la que nos habla de la sociabilidad y de la familia", matiza el psicólogo, que ha publicado cerca de medio centenar de libros.
El dinero no da la felicidad:
El dinero no forma ninguno de estos pilares fundamentales que debemos cuidar para ser felices: "Yo he tenido en consulta a personas que han ganado 70 u 80 millones menos que el año anterior, que les suponía un 5 por ciento, y estaban en depresión. No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.
El ser humano tiene que aprender a tener un control sobre sí mismo, porque si no, nos convertimos en lo que pensamos".
Lo bueno es que, realmente se puede aprender a ser feliz "si uno aprende que la vida transcurre en muy poco tiempo y aprende a disfrutarla.
La felicidad no depende de lo que tenemos, sino de que tú te quieras, de lo que nos quieran, de cómo te aceptes y de que disfrutes de lo que hagas".
Pero, ¿qué es la felicidad realmente?... "Varios momentos gozosos que una persona disfruta de manera natural a lo largo del día y que conforman lo que se llama la felicidad. Y durante esos momentos, en general, se está en compañía de los demás, porque somos animales sociales.
La felicidad es un disfrute de lo cotidiano, de lo corriente. No viene con grandes acontecimientos. No llega porque te toque la Lotería. Esto es sólo un subidón de energía. Lo que importa, realmente, es lo que se mantiene y dura. Es el toda la vida".
La gente no se da cuenta que no podemos ser felices en todo momento. Una persona que sea totalmente feliz, ya de por sí es desgraciada.
Yo puedo saciar el hambre o la sed si realmente tengo esa carencia en mi organismo. Por tanto, tenemos que tener carencias para poder tener vacíos y llenarlos. La felicidad está relacionada con ir llenado esos vacíos y sabiendo que tenemos un objetivo y un camino a seguir.
La vida está sembrada de muchos momentos felices, pero no de la misma intensidad. La felicidad es un ramillete de muchas cosas y cada cual se la tiene que hacer a la carta.
El miedo lo tenemos por herencia y siempre está en nosotros. A lo largo de nuestra vida, siempre va ha haber alguien que quiera darnos miedo.
Es cuestión de ser conscientemente positivo y analizar esos miedos. Al final, el miedo al miedo se vence de una manera consciente, con nuestro cerebro es el que deja las bobadas a un lado.
El fomentar actitudes conscientemente positivas, el analizar, enjuiciar las cosas es fundamental. La gente se acalora muy rápidamente y eso hace que perdamos el juicio.
Cuando estamos en ese momento que parece que vayamos a estallar, no hay que hacer nada, hay que dejar que nos enfriemos.
El hombre primitivo buscaba fundamentalmente tener casa. Las personas que tienen un gran crecimiento interior, no necesitan demostrar su poder a los demás y valoran más los sentimientos.
Cuando uno tiene un conflicto, primero no hacer un problema de ello y buscar soluciones. Salga, hable con sus amigos y sobretodo, no se centre en el lamento.
Cuando una persona se lamenta, le bajan las defensas y nos creamos una barrera para que no nos llegue la suerte.
¡A la suerte hay que llamarla con actitudes positivas! Y después, vivir bajo mínimos. Si no se puede comer otra cosa que pan, pues bienvenido sea. ¡Ya vendrán mejores momentos!.
Bernabé Tierno