La mayoría de las personas cree que como sus pensamientos no pueden ser escuchados ni descubiertos por otros, éstos son inocuos e inofensivos. Pero lo cierto es que cada pensamiento que tenemos, sea positivo o negativo hacia los demás, termina afectándonos a nosotros mismos, de forma inmediata, por la carga emocional que contienen, y a esas personas por la relación que mantenemos con ellas.
No hemos comprendido que todo lo que sale de nosotros en forma de pensamientos, palabras, acciones y elecciones genera un efecto, que nos convierte en causa de cada situación o experiencia que vivimos.
Somos energía, y en la medida en que alineamos nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones nos volvemos más poderosos para destruir o construir. Cuando nos llenamos de pensamientos y sentimientos negativos, y no encontramos la forma efectiva de transformar los primeros y canalizar los segundos, perdemos el balance y la paz necesarios para tener la claridad mental que nos permita hacer mejores elecciones y darle respuestas más asertivas a la vida. Además, sin ninguna conciencia, terminamos sumándonos a todos los eventos difíciles y agresivos que suceden a nuestro alrededor con nuestra forma de ser y de vivir.
Si queremos tener una relación de pareja, un círculo social, una familia, un país y hasta un mundo diferentes, necesitamos convertirnos en una causa distinta, comenzando por sanar las emociones negativas que permanecen asociadas a nuestros recuerdos, dejando el pasado atrás, aceptando lo que no podemos cambiar y tomando la decisión valiente de aprender algo de todo lo que hemos vivido.
Sólo de esa modo lograremos interpretar cada cosa que nos suceda de una forma más positiva, sin dejarnos enganchar emocionalmente, para así responderle a la vida y a los demás de una mejor manera.
Para tener presente...
Llénate de sentimientos puros. Reconoce el amor, la gratitud y la compasión que sientes o recibes de tus personas queridas, úsalos para perdonar y para acompañar tus palabras y tu actuación diaria.
Transforma tus pensamientos. Vence el hábito de criticar, supera el pesimismo y enfrenta tus temores con pensamientos, afirmaciones y reflexiones compasivas, positivas, valientes y optimistas.
Cuida tus comentarios. Habla sólo cuando tengas algo bueno que decir de otros, para darle solución a un conflicto, resolver los desacuerdos o conciliar las diferencias.
Desearle lo mejor a los demás, desde el corazón y con limpieza de intención, nos asegura recibir a cambio lo mismo por parte del universo, que elige los instrumentos perfectos para hacérnoslo llegar. Sólo recuerda que en la medida en que seas capaz de hacerlo, aun a pesar de que las circunstancias y la situación te sean adversas, lograrás aportar al trabajo consciente y positivo que están haciendo muchas personas alrededor del mundo para sembrar paz y conciencia.
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