¿Te dejas fluir con los cambios o te resistes a ellos? ¿Eres de los que comienza a quejarse y sufrir al ver que debes dar un paso para hacer algo diferente por ti o por tu entorno o lo aceptas con fe, alegría, optimismo y gratitud?
Todo cambio conlleva una transformación y un posterior aprendizaje. La verdad es que todo cambio, toda transformación, depende de cada uno de nosotros. Con quejas y lamentos no logramos focalizar y centrar nuestra energía para trascender y liberar las energías densas y negativas que nos rodean, las energías del mal, sí, de la oscuridad, porque no creo que lleguemos al infierno o al cielo luego de morir, creo que podemos hacer de nuestro ser, de nuestro hogar, de nuestro país, de nuestro planeta Tierra el cielo o el infierno. Depende de nosotros.
Ya es hora de que asumamos la responsabilidad de nuestros actos y de nuestra vida. Es hora de que dejemos de culpar al de al lado por nuestras penurias o angustias. Es hora de dejar de ser víctima. Me pregunto, ¿qué estás haciendo hoy desde tus dones y herramientas personales para elevar tu energía de luz y amor y aportar algo a esta transformación que estamos viviendo, no solo en el país, sino en el planeta? ¿Solo dispersas tu energía en críticas y quejas o la utilizas para crear y aportar algo positivo?
El mal existe… así como el bien. Vivimos en una lucha entre la luz y la oscuridad y hasta que no tomemos conciencia de que somos canales de luz y amor porque somos parte de Dios-Padre-Madre Creador y de que debemos ocuparnos de proteger y mantener nuestra salud física, mental, emocional y espiritual para lograr la integridad del ser, seguiremos permitiendo que energías densas y oscuras nos desequilibren. Si eso ocurre no podremos, desde el equilibrio, cumplir nuestra misión aquí en la Tierra, no podremos abrir nuestro corazón y activar la luz y amor que llevamos dentro para lograr bienestar y para expandirlo.
Es el momento de tomar conciencia del para qué estás aquí, para qué vives, cuál es tu misión, en qué puedes ayudar, qué puedes aportar para ti, para tu familia, para tu país y para tu planeta. Es tiempo de comprender que somos un cuerpo físico, pero también una mente, unas emociones y un espíritu o alma y es él el que da el aliento de vida, sin él no seríamos nada. Es hora de cultivar nuestro ser y poner atención, porque el cuerpo físico un día dejará de estar y será nuestra alma la que se elevará.
Independientemente de tus creencias, religión o ideología todos somos parte de la unidad y estamos conectados, así que lo que haces o dejas de hacer beneficia o perjudica a tu entorno. Comienza a ser un poco más proactivo y menos reactivo, comienza a buscar soluciones y no problemas, porque tu vida y la concreción de tus metas depende de ti, de nadie más. El cambio de tus actitudes, pensamientos, sentimientos, el cambio de tu país depende de ti, de tu fe, de tu coraje, de tu valentía, de tu voluntad, de tu fuerza, de tu paz, de tu serenidad, de tus ganas, de tu confianza, de tu seguridad y de tus acciones para lograrlo. Deja de esperar a que el de al lado te resuelva la vida y busca en tu interior, porque allí está la respuesta y el inicio de la transformación.
Con amor, para ti, querido ser.
Adriana Ventura.