Hay muchas personas que no tienen en principio problemas para socializar con los demás, son simpáticos, no son vergonzosos, no suelen caer mal en un principio… pero a medida que la gente les conoce se van alejando de ellos y siempre terminan sin amigos. Si te identificas con esta descripción es posible que veas las cosas de forma muy negativa y que no puedas deshacerte de ese punto de vista, ni siquiera eres consciente de ello.
Ver las cosas negativas es una forma de ser, no es una enfermedad ni nada parecido, es simplemente que nuestro cerebro tiende a seleccionar las cosas negativas en lugar de las positivas, por muchas y variadas cosas buenas que tengas, siempre destacarás lo negativo. Lo peor de eso es que vamos guardando experiencias negativas y acumulando negatividad y resentimiento. A medida que vamos conociendo gente les sumamos los defectos que tenían los que antes nos hicieron cosas malas.
Así siempre que nos encontramos en una situación negativa sabemos lo que va a pasar a continuación porque lo hemos pasado antes. Nos anticipamos y nos enfadamos con alguien que todavía no ha hecho nada. Aunque no sea así, lo que nos pasa es que nos mostramos siempre enfadados quejándonos de todo y producimos situaciones incómodas en los demás. Cuando un día nos damos cuenta de todo esto nos sentimos muy culpables y creemos que todo lo que pasa es culpa nuestra y solo vemos nuestras propias cosas negativas. Te voy a dar un recurso que te servirá de por vida para que no veas tus partes negativas, que seguro que las tienes, como todo el mundo, sino que te fijes en tus cosas positivas, que también las tienes.
Si eres consciente de que eres una persona que destaca lo negativo por encima de lo positivo y que un pequeño percance puede arruinar todo un día te recomiendo que entrenes tu mente en pensar en positivo. Eso te ayudará en tu día a día, no sólo a hacer amigos y a mantener una buena relación con ellos.
Para empezar debes ser capaz de deshacerte de tus experiencias negativas anteriores. Todo lo que te ha pasado lo llevas cargado, la metáfora más habitual para explicar esto es una mochila. Seguro que lo has oído alguna vez. Es muy posible que lleves una mochila cargada de experiencias negativas a la que recurres cada vez que te topas con un problema.
De ahí obtienes tu pauta de conducta. Es decir, comparas la situación actual con algo similar que te haya pasado y que lleves en la mochila y actúas como lo hiciste esa vez ya que das por hecho que va a acabar igual. Si actúas igual es muy posible que acabe de la misma forma. Me explico:
Un amigo se olvidó de tu cumpleaños, se lo echaste en cara y se enfadó contigo. Dejasteis de ser amigos. Al año siguiente pasó lo mismo con otro amigo que no te llamó, no se lo echaste en cara pero tu actitud con él cambió. Poco a poco la cosa se fue poniendo cada vez más tensa y tú llegaste a la conclusión que no quería ser tu amigo, se olvida de tu cumpleaños, cada vez está más tensa la cosa y no hace nada por solucionarlo… Obviamente la tensión aumenta y en un momento dado tenéis una discusión y dejáis de ser amigos.
Llega de nuevo tu cumpleaños, lo que llevas en la mochila y lo que has aprendido hasta ahora es que tus amigos no se acuerdan y no son buenos amigos así que estás pendiente de quién no te felicita en lugar de darte cuenta de quién sí lo hace..
Consecuencia: los amigos que te felicitan no reciben un agradecimiento adecuado, no estás pendiente de ellos si no de los que faltan por felicitarte. Obviamente habrá alguno que no te felicite y llegarás a la conclusión de que no tienes amigos y de que la gente no te quiere. Si a alguno de los que te han llamado para felicitarte se le ocurre proponer una fiesta estarás malhumorado y dirás que no te apetece. Los amigos que sí te han llamado también pensarán que eres un desagradecido y una persona rara y es probable que el año que viene no te llamen.
Esto es lo que hace la mochila que llevas en la espalda. Pero como tal mochila, como cualquier bulto o prenda que lleves encima te la puedes quitar cuando quieras y abandonarla.
Cuesta, pero tienes que conseguir una mochila vacía en la que meter buenas experiencias. Trabájalo y haz que sea una cosa física. Lleva contigo una libreta y dedícate a escribir las cosas buenas que te pasan en lugar de fijarte en las que no te gustan.
Cuando te topes con algo que despierta tu negatividad tienes que ser capaz de encontrarle cosas positivas. Si en ese momento no eres capaz ves a hacer otra cosa y vuelve al cabo de un rato. Pueden pasar dos cosas: la primera es que lo que antes suponía un problema, al dejar de pensar en ello, ya no lo suponga. La segunda cosa que puede pasar es que siga siendo un problema, pero lo verás con un poco más de prespectiva y podrás buscar las cosas positivas.
Si seguimos con el ejemplo del cumpleaños: puedes enumerar la gente que te ha llamado, recordar las cosas bonitas que te han dicho, pensar si alguien te ha hecho un regalo o ha tenido un detalle bonito…
Se trata de aplicar esta regla a tu vida. Cada vez que te encuentres con algo negativo tienes que buscarle varias cosas positivas. Piensa que son sombras, y que las sombras no existen si no hay una luz. La luz es lo positivo. No pienses en ello como las dos caras de una moneda, ya que tiene muchas más caras. Piensa en un dado. El número 1 es lo negativo, lo que piensas en primer lugar, pero tiene otras 5 caras, así que te dedicarás a buscar las 5 cosas positivas que hay en cada situación.
Poco a poco conseguirás ser más positivo y enfocar tu cerebro hacia las cosas buenas, valorarás tus amistades y ellos te verán como alguien positivo y con quien es agradable estar.
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