Me siento mal y no sé porqué. Voy al médico y me dice que no tengo nada. Cada vez me siento peor y, a veces, incluso siento que voy a morir. Estoy deprimido/a y siento que nadie comprende mi enfermedad. No sé a quién contárselo.
Antes que nada, decirte que yo he pasado por todo este calvario. Lo que he escrito a continuación surge a través de mi propio prueba y error, durante dos años y después de haber visitado muchos médicos, homeópatas, fisioterapeutas y un largo etcétera. Jamás me diagnosticaron ninguna enfermedad, pero no estaba sano y ahora sí.
Cuando te preguntan: ¿Qué te pasa? y tu respuesta es: “No lo sé, no me encuentro bien. Me siento mal.”, los síntomas que puedes sentir son muy distintos y varían según el día, sin embargo probablemente tus síntomas principales son:
Ataques de pánico
No sabía que los tenía hasta que lo leí. En mi caso había tenido ansiedad anteriormente, lo típico que todos hemos sentido en algún momento de nuestras vidas. Un ataque de ansiedad es peor que la ansiedad y se podría resumir en un pico de ansiedad concentrado: opresión en el pecho, dificultad por respirar, sensación de mareo y desvanecimiento, taquicardias, sudores,… Un ataque de pánico es, literalmente, la sensación que vas a morir. Es un ataque de ansiedad multiplicado por veinte y, al ser impredecible, te genera un estado de tensión y miedo interior continuo. Pero tranquil/a nadie muere por un ataque de pánico, simplemente tu cuerpo te está diciendo que se encuentra desbordado por todo lo que te ha pasado en los últimos tiempos.
Mareos
De golpe empiezas a tener la sensación que todo da vueltas y/o que te vas a caer. Es una especie de desvanecimiento, sin embargo, no te desmayas. Cuando te pasa sientes un gran susto interior.
Cansancio
Tengo la sensación que no tengo fuerza para levantar las cosas, para caminar, me siento desganado, sin fuerzas,… Es como si a mi cuerpo no tuviera fuerza.
Sensación de malestar general
Interiormente no me siento bien, como si tuviera algo dentro de mi que no funciona bien. Como si subiera algo estraño por mi cuerpo, como si fuera a darme algo.
Dolor en el costado derecho
Notas un dolor o una molestia en la zona derecha, puede ir variando la localización exacta, pero se mueve entre el abdomen, cuando se terminan las costillas, hasta la ingle. El punto donde más duele es en la parte derecha del ombligo, donde tienes el apéndice. En mi caso podía marcar perfectamente una línea desde las costillas hasta la ingle. Si presionaba e iba masajeando la zona el dolor remitía un poco. Probablemente si buscas sobre ‘colon irritable’ te sentirás identificado, el 30% de la población lo sufre. A veces podemos pensar que se trata de una apendicitis, pero no lo es, una apendicitis es una infección y genera fiebre.
Pérdida de apetito
Comer te da pereza. En mi caso adelgacé 4 quilos en un mes. Y, como es normal, te asustas. Lo bueno es que alimentándome correctamente no los he vuelto a recuperar. Al final lo acabé interpretando como si mi cuerpo hubiera elminado un peso que no necesitaba.
Gases
Notas un incremento de gases en tu cuerpo. Te sientes hinchado, puedes notar pinchazos puntuales, malestar, irritabilidad, mareos,… Se quedan estancados y no hay manera de que salgan. Las infusiones de eneldo y anís son muy útiles para aliviarlos, además de una gran variedad de ejercicios que puedes encontrar por internet.
Muchos de estos síntomas se manifiestan o incrementan después de comer.
Sin embargo…
Todos estos síntomas, y aunque a ti en ese momento te parece que estás a un paso de la muerte, no son graves y simplemente indican un desequilibrio en tu cuerpo. Es decir, tu cuerpo está enfermo pero, afortunadamente, tu vida no corre ningún tipo de peligro. Además, al ser síntomas tan generales los médicos no saben decir un diagnóstico concreto y muchas veces lo asocian simplemente a ansiedad.
Entonces, ¿cuándo debo preocuparme? Siempre debes intentar mantener la calma, respirar hondo tres veces y confiar en que todo saldrá bien. Debes acudir rápidamente al médico si, además de los síntomas mencionados, te desmayas, tienes fiebre o notas algún bulto permanente en tu cuerpo. Sino los tienes probablemente el médico, igual que a mi, te volverá a enviar a casa.
1. Comprueba tu estado de salud
Con un análisis de sangre y un chequeo médico podrás evaluar el estado de salud de tu cuerpo de una forma objetiva. Lo normal es que todo salga bien y que el doctor te diga que no tienes nada. Que salga bien no implica que no tengas nada, implica que debes buscar otras formas de curar la enfermedad, distintas a tomar sólo unas pastillas. Así podrásempezar a eliminar la hipocondría y depresión que generan estos síntomas.
2. Mejora tu alimentación
La alimentación es la base de tu salud. Una buena alimentación será la clave de tu recuperación. Empieza por eliminar los siguientes alimentos: EL GLUTEN, LOS LÁCTEOS(solamente queso fresco de cabra, nada más), el cerdo, EL CAFÉ y los tés (solamente infusiones). Toma manzanillas y come manzanas diariamente. Intenta comer todos los alimentos ecológicos que puedas, almenos deja de comprar todo lo que puedas en los supermercados e intenta que los alimentos no sean procesados. Tómatelo enserio, a medias no sirve de nada, no te lo saltes más de dos comidas por semana y hazlo durante mínimo tres meses para notar resultados, ten paciencia, recierda que no enfermaste en un día y, por lo tanto, no te curarás en un día.
3. Sal a caminar 30 minutos al día en la naturaleza.
¡Como mínimo! Tu cuerpo está tenso y tu mente está nublada por todos estos síntomas. Debes relajar tu sistema nervioso y respirar aire fresco. Además, al andar generas un suave masaje interno a tu organismo y todo funcionará mucho mejor.
4. Expresa tus emociones
LLORA Y GRITA, expresa tus emociones. Llegado a este punto has guardado demasiado dentro de ti. Si lo prefieres puedes guardarte momentos específicos para ti para sacar las emociones, incluso una persona de tu máxima confianza puede ayudarte a hacerlo. Abrázate o que te abracen, permítete sacar el dolor, la rabia, la tristeza o cualquier emoción que tengas dentro. Recuerdo que en mi etapa más crítica pasé largos ratos llorando, sacando emociones de lo más profundo de mi ser.
5. Medita
Conecta contigo mismo. Conecta con la enfermedad y descubre dentro de ti que es lo que no está funcionando. Aumenta tu consciencia y relaja tu espíritu. Busca la calma y el sosiego interior. Hazlo dos veces al día: al levantarte y por la noche (antes de la cena, después,… cuando te vaya mejor). Un mes seguido meditando almenos una vez al día tiene efectos espectaculares para tu cuerpo, mente y espíritu.
6. Trabaja menos, mantén un ritmo sostenible
Tranquilo/a, no vas a morir de hambre. Recuerda que eres un ser humano, no eres un esclavo. Debes mantener un ritmo de trabajo sostenible. ¿Cómo saber si es sostenible? Si tuvieras que mantener el ritmo que llevas ahora durante 20 años, podrías hacerlo cómodamente? Si la respuesta es afirmativa, vas bien. En caso contrario estás trabajando demasiado.
7. Dedícate tiempo a tu mismo/a
Si aplicas los consejos del segundo al sexto ya te estarás dedicando tiempo a ti mismo, pero siempre es bueno recordarlo. Si te gusta pintar, pinta. Si te gusta cantar, canta. Si te gusta correr, sal a correr. Pero dedícate un rato a ti mismo/a cada día. Así también conseguirás relajar tu sistema nervioso e incrementar tu bienestar.
Por último, en la medida de lo posible, intenta evitar tomar ansiolíticos o medicarte, excepto en situaciones extremas que veas que la cosa se desborda. La medicación debe ser una cosa puntual, y para nada algo habitual. Si tienes estos síntomas debes encontrar la raíz de ellos y eliminarlos. Sino el problema persitirá y nunca recuperarás la salud total de tu ser (cuerpo, alma y mente). Sino lo consigues busca ayuda en un psicólogo, treapeuta, homeóptata, psiconeuroimunólogo, etc. Tomar infusiones o pastillas de valeriana o pasiflora a diario son remedios muy suaves para desbloquear tu cuerpo hasta recuperar el control de tu situación.
Narcís Vilà