Cuidar que los demás no hablen mal de nosotros, entonces nos portamos como los demás quieren y ahí la conciencia nos censura.A pesar de nuestro esfuerzo y buena educación siempre hay alguien difamándonos.
¡Cuánto hay que agradecer a esa gente que nos enseña que la vida no es un escenario!
¡Donde tenemos que atrevernos a ser como somos!
Hemos viajado por todo el mundo, tenemos amigos de todas las religiones; conocemos gente diferente: vegetarianos que devoran al prójimo con su intolerancia, personas que caminan con un cartel que dicen:
"Yo se más que tu"; médicos que están mas enfermos que sus pacientes, gente millonaria materialmente, pero infelices, seres que se pasan el día quejándose, los que se reúnen el domingos en la iglesia y es el único día que son como deben ser siempre, gente que ha hecho de lo equivocado su manera de vivir.
El árbol anciano nos enseñó que todos somos lo mismo.
La montaña es nuestro punto de referencia:
Ser invulnerable, que cada uno diga lo que quiera, y nosotros seguimos el camino indetenibles, somos guerreros: nuestra espada es el amor, nuestro escudo el humor, nuestro hogar la coherencia, nuestro texto la libertad, y si nuestra felicidad resulta insoportable, discúlpennos, no hicimos de la cordura nuestra opción, preferimos la imaginación a los indígenas, es decir inocencia incluida.
Quizás solamente teníamos que ser humanos.
El que no veamos los átomos, no significa que no existan.
Por eso es muy importante que sea el Amor lo único que inspire nuestros actos.
Sin Amor nada tiene sentido, sin Amor estamos perdidos, sin Amor corremos el riesgo de estar de nuevo transitando de espaldas a la luz.
En realidad, sólo debemos recordar la importancia del silencio.
Descubramos el mensaje que se encuentra detrás de las palabras; no somos sabios, sólo seamos grandes enamorados de la vida.
El silencio es la clave, la simplicidad es la puerta que deja fuera a los equivocados.
La gente feliz es rentable, con lucidez no hay necesidades innecesarias.
No es suficiente querer despertar, sino despertar.
La mejor forma de despertar es hacerlo sin preocuparnos que nuestros actos incomoden a quienes duermen al lado.
Recordemos que el deseo de hacerlo bien será una interferencia; es más importante amar lo que hacemos y disfrutar de todo el trayecto; la meta no existe, el camino y la meta son lo mismo, no tenemos que correr hacia ninguna parte, sólo saber dar cada paso plenamente.
No, no nos rindamos a la vida, quien acepta lo que es y se habilita para hacer lo que puede, entonces se encarnan las utopías y lo imposible se pone a disposición.
La mejor manera de ser feliz es: "SER FELIZ"; reconstruyendo nuestras raíces y saboreando la vida; somos como peces de mares profundos, si salimos a la superficie fallecemos.
La frivolidad y la intrascendencia condenan la vida a la muerte.
Cuando somos más grandes que lo que hacemos, nada puede desequilibrarnos, pero cuando permitimos que las cosas sean más grandes que nosotros, nuestro desequilibrio está garantizado.
El corazón está en emergencia por falta de amor, hay que volver a conquistar la vida, enamorarnos otra vez de ella; nuestro potencial interior aflora espontáneamente cuando nos dejamos en paz.
Quizá sólo seamos agua fluyendo; el camino nos lo tenemos que hacer nosotros, más no permitamos que el cauce esclavice al río, no sea que en vez de un camino tengamos una cárcel.
La infelicidad no es un problema técnico, es el resultado de haber tomado el camino equivocado.
Amemos la locura que nos vacuna contra lo equivocado, Amemos el Amor que nos inmuniza ante la infelicidad que pulula por doquier, infectando almas y atrofiando corazones.
El Amor es, a nivel sutil, la esencia de nuestra instancia inmunológica.
Estamos tan acostumbrados a complicarnos, que rechazamos de antemano la simplicidad; estamos tan acostumbrados a ser infelices, que la sensación de felicidad nos resulta sospechosa; estamos tan reprimidos, que la espontánea ternura nos incomoda y el Amor nos inspira desconfianza.
Hay cosas que son muy razonables y... no las aceptamos.
Ya no podemos perder el tiempo en seguir aprendiendo técnicas espirituales cuando aún estamos vacíos de Amor.
Cuando no estamos preparados para escuchar tenemos la recompensa de no enterarnos de nada.
Disfrutemos de lo que tenemos, recibamos lo que venga, crear e inventar lo que necesitemos, hacer sólo lo que podamos, y fundamentalmente celebrar lo que tengamos.
La vida es un canto a la belleza, una convocatoria a la transparencia, cuando esto lo descubramos desde la vivencia, el viento volverá a ser nuestro amigo, el árbol se tornará en maestro y el amanecer en un ritual cantado por las aves, la noche se vestirá de colores, las estrellas hablarán el idioma del corazón y el espíritu de la tierra reposará otra vez tranquilo...
"Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre".Mahatma Gandhi.