Recientemente algunos amigos me han pedido consejo sobre qué hacer con su vida laboral. Algunos de ellos se encuentran con que trabajan en un sector en crisis. A los que tienen más suerte, les ofrecen la posibilidad de abandonar la empresa, de forma voluntaria, con una indemnización importante. Es una oportunidad de cambiar el rumbo de sus vidas laborales. O bien, la otra opción, es seguir dónde están, en un trabajo que en muchos casos no les llena plenamente, muy exigente, pero que les permite vivir con cierto nivel de confort. Además tienen cargas financieras, hijos a su cargo… Aunque por otro lado, piensan también, es posible que en un futuro los despidos sean obligatorios y con una pequeña indemnización, si es que la hay. ¿Qué hacer? Y eso son los que tienen más suerte. Para otros la decisión les viene dada… ¿Qué consejos dar?
Obviamente, cada uno tiene que recorrer su camino, hacerse sus preguntas y encontrar sus respuestas. Entiendo perfectamente ese diálogo interno, porque lo he sufrido durante mucho tiempo, hasta que tomé la decisión, hace casi dos años, de reinventarme profesionalmente.
Considero que estas situaciones son un momento ideal para hacer las reflexiones que muchas de las personas más felices y satisfechas con su vida se han hecho con anterioridad. De forma consciente o inconsciente. Es un buen momento para aprender a no dejar de preguntarnos nunca: ¿para qué? Para qué quiero seguir en este trabajo, para qué quiero cambiar, para qué me planteo cualquier aspecto de mi vida,… Observemos que un “para qué” va mucho más allá que un simple e inquisitorial “por qué”. Y no nos dejemos atrapar por las respuestas fáciles: “para ganar dinero”, “para vivir”,… profundicemos, por favor. O nos ponemos en serio y a fondo, o no encontraremos solución a nuestro diálogo interno. O simplemente buscaremos algo, que nos hará llegar al mismo sitio, a realizarnos de nuevo las mismas preguntas. El desasosiego permanente. Es la diferencia entre las personas que viven, y las que, simplemente, sobreviven.
Y todo esto conecta con reconocer el propósito en nuestras vidas. Aquello que nos llena. Aquello que nos ayuda a tener un nivel de felicidad constante y sostenible en el tiempo. Que no depende de lo que nos pase. Aquello que nos guía y no deja que nos perdamos en la infinidad de vericuetos que nos encontramos a diario. Aquello que nos da energía, fuerza e ilusión para encontrar nuestro camino aunque nos perdamos. Y nos permite avanzar en las adversidades.
Curiosamente es lo que los expertos nos dicen que es esencial para liderar y llevar las riendas de nuestras vidas. Y liderarnos y manejar las riendas de nuestras vidas es, a su vez, la condición sine qua non para “liderar” y ser un modelo para los demás, sean hijos, parejas, familiares, amigos, compañeros de trabajo…
Creo firmemente que una vez hemos encontrado algunas de las respuestas a las preguntas adecuadas, a partir de ese momento, es cuándo nos podemos proponer encontrar, con éxito, una plenitud laboral. No sólo sabremos dónde buscar, sino que será más fácil encontrar un nuevo trabajo o una nueva forma de trabajar. Si permanecemos en el actual empleo, sabremos mucho mejor qué es lo que nos aporta ese trabajo, lo podemos vivir de una manera diferente y estaremos mejor preparados para acontecimientos futuros. Y si decidimos marcharnos, o necesitamos encontrar un nuevo trabajo, en caso de no tenerlo, nos será de una gran utilidad para enfocar nuestra búsqueda. No hacerlo así, en los momentos históricos en que vivimos (y no me refiero a la crisis), nos hará la búsqueda bastante más difícil, en mi modesta opinión.
Curiosamente éstas son las mismas preguntas que nos hicimos esta misma semana, compartiendo un agradable momento de compañía, con una buena amiga. Ella es una persona resolutiva, sensible e inteligente, además de una profesional brillante en activo. Acabamos hablando de qué es aquello que nos proporciona ilusión y sentido a nuestras vidas. Y después de todo, lanzó esa gran pregunta: ¿pero todo esto, cómo lo podemos hacer?
Aquí también cada uno puede encontrar su manera. En el siguiente post, expondré algunos aspectos relevantes, no una lista exhaustiva, que a mí me ha ayudado. También incluyo algo de lo que he aprendido sobre lo que nos dice la ciencia, hoy en día, respecto a cómo funciona nuestro cerebro. Cuanto más conozcamos cómo funciona nuestra mente, mejor podremos tomar decisiones y cambiar aquello que queremos. Invito a quién le apetezca a sugerir otras propuestas, o contratarme para no tener excusitis jejeje
Abre las alas y siente la brisa.