Si hace buen tiempo, como si llueve o hace un frío tremebundo. Salvo en caso de borrasca apocalíptica,
el corredor sale a la calle como cada día.
Algunos de nosotros somos defensores de esa… ¿locura? Sí, hay personas que lo consideran una barbaridad. Pero no importa.
En caso de que tú quieras estar en la lista de los corredores o marchadores, permíteme compartir contigo lo que me ha funcionado para convertir esta actividad en una parte muy importante de mi rutina diaria.
Son siete “tips”. Si alguno te interesa, sírvete tú mismo:
1. Haz tu lista de razones
Los beneficios del ejercicio físico son tantos, que cada uno de nosotros puede tener su propia
lista de razones para anudarse las zapatillas y salir a correr. Tú,
¿por qué quieres hacerlo?¿Quieres controlar tu peso? ¿Llenarte de vitalidad? ¿Participar en una maratón de tu ciudad?
Mis razones son variadas, pero permíteme que destaque que soy mucho más productiva y estoy de mejor humor gracias a mis carreritas matutinas.
2. Analiza el punto de partida
Aquí viene una fase de preparación ineludible, cuyo objetivo es
adaptar la actividad a tu condición física y a otras circunstancias personales.
Infórmate, en este caso,
sobre cómo correr o caminar de forma saludable, previniendo riesgos, molestias, peligros y demás. Lee, investiga y, si es necesario, consulta a tu médico.
3. Hazte con un el equipo para empezar
Lo bueno de correr (o caminar) es que no te hace falta un equipo muy caro.
Unas zapatillas apropiadas y ropa deportiva (o cómoda) están bien para empezar.
Te recomiendo que
no realices una gran inversión al inicio (si no estás en posición de hacerla). Espera un poco, hasta que hayas consolidado el hábito de correr cada día.
4. Fija tu horario
Para ir acostumbrando al cuerpo y haciéndole sitio en tu agenda a tu nuevo hábito saludable,
comienza dedicándole poco tiempo. (¿20 minutos? Buenos son.)
Sube gradualmente, hasta llegar a lo que piensas dedicarle: ¿Una hora al día? Lo que tú veas.
Yo, a día de hoy, paso alrededor de hora y media. Eso es porque una parte del recorrido estoy corriendo, pero la mayor parte la hago caminando (mientras contemplo el amanecer).
Recuerda: Tú eres quien adapta la actividad a tus necesidades, circunstancias y gustos personales.
5. Registra tus logros
Hazte con una aplicación para el teléfono móvil, con una simple libretita o con el instrumento que prefieras y
anota tus progresos: Todos los días que sales, cuántos kilómetros recorres, cuánto tardas en el itinerario, cuántos kilos vas perdiendo…
Anota lo que te interese (dependiendo de tus objetivos). Yo suelo registrar los kilómetros que hago cada día y los voy acumulando.
No, no es ninguna tontería.
El registro es un recurso muy motivador. Porque ahí va a estar la información para recordarte todo lo que has hecho y para animarte a seguir con el ritmo en las piernas.
6. Alíate con un compañero
Un truco muy bueno para no fallar ni un sólo día y ser puntual es ése:
Salir a correr o caminar con otra persona.
Si
no encuentras acompañante, no importa. Tú, a tu aire. De todas formas, es muy probable que, si realizas esta actividad a diario, coincidas con unas cuantas personas que habrán tenido la misma idea.
Quién sabe… Quizás salgan amistades o contactos nuevos a pesar de todo.
7. Recuerda porqué lo haces
Aunque estés muy entusiasmado al inicio, hay que
prever la falta de motivación. Hay días en los que estarás de bajón, como todo el mundo.
Para afrontarlos, tienes varias armas. Entre ellas,
recordarte porqué estás haciendo lo que haces. Verás que el esfuerzo vale la pena y, para dar testimonio del mismo, ahí tienes ese registro antes mencionado.
Y, si no funciona,
tira de fuerza de voluntad. ¿Cómo que no tienes? El ejercicio físico, además del cuerpo, sirve para entrenar la autodisciplina. Y tú (quiero pensarlo) llevas bastantes días siendo constante con esta cita.
No hay excusa, salvo que exista una razón de fuerza mayor. ¡A patear la calle! ¡Vamos!
http://tusbuenosmomentos.com/2013/12/correr-diario/