Existen muchos remedios, comprimidos e inyecciones que se usan para suprimir el dolor. Pero no es de este método del que nos ocuparemos aquí, sino del poder de la mente.
Usted puede quitar el dolor de una persona simplemente imponiendo las manos sobre la cabeza del paciente y mentalizando, con sentimiento y convicción, que el dolor va desapareciendo y que la persona le está diciendo que no siente más nada. Su energía curadora se transfirió al paciente y equilibró el estado de salud.
Otra manera de quitar el dolor es por la sugestión. Haga que el paciente se coloque en una posición confortable, con los ojos cerrados, atento solamente a lo que usted habla. Y usted debe decir con sentimiento, con serenidad, con convicción, con voz decidida, intensa, vibrante y suave al mismo tiempo, y con deseo sincero: "Está pasando, está pasando, está pasando, está pasando…
Cabeza aliviada, cabeza aliviada, cabeza aliviada…"
La repetición torna a la sugestión más eficaz y más fuerte.
Usted también puede autosugestionarse. Repita para sí mismo, con sentimiento de poder: "aliviado, aliviado, aliviado,…"Y, al mismo tiempo, imagínese en óptimo estado de salud y bien dispuesto. El subconsciente recibirá la orden y la cumplirá.
Usted puede, además, sugerirse que contará de uno a veinte y, al contar veinte, no sentirá ya ningún dolor y estará completamente saludable. Al terminar de contar, despreocúpese del problema y pase a ocuparse de cualquier otra cosa.
Usted puede emplear este método para liberar del dolor a otros. Si no pasa totalmente, vuelva a repetir la operación. Da resultado.
Si periódicamente usted sufre de dolores, como, por ejemplo, cólicos menstruales, dolor de cabeza al amanecer, dolor de cabeza en días de viento norte, dolor en las piernas al caminar, y así sucesivamente, formule una frase cargada de energía positiva, o aunque sea una palabra, y repítala muchas veces por día. Su subconsciente abandonará la programación anterior y asumirá esa nueva programación definitiva.
Recuerde, no obstante, que quitar el dolor, no significa que la enfermedad esté curada. Ahí el camino es otro. Pero, usted puede curar sus males sin necesidad de sufrir dolores.
Lauro Trevisan