La dependencia no es algo que simplemente sucede por el contacto con gente dominante. Como todos los comportamientos de las zonas erróneas, es una elección. Tú le enseñas a la gente a que te domine y a tratarte de la manera que siempre te ha tratado.
Hay muchas formas de mantener el proceso de dominación y se repiten sólo si dan resultado. Dan resultado si te mantienen en línea y en una posición dependiente dentro de la relación. He aquí algunas de las estrategias más comunes que sirven para conservar los hilos del control y de la dominación dentro de la vida conyugal.
-Chillar, gritar o levantar la voz en cualquier sentido. Esto te mantendrá en tu lugar si eres una persona suave y quieres que las cosas sean blandas y fáciles.
– Comportamientos amenazantes como: “Me iré, pediré el divorcio”.
-Provocar sentimientos de culpa. “No tienes derecho a…” “No comprendo cómo puedes haber hecho algo así.” Si eres proclive a la culpa, con este tipo de frases será fácil mantenerte sometido.
-Hacer uso de la ira y de comportamientos explosivos como arrojar objetos, usar palabras fuertes, golpear cosas.
-El truco de la enfermedad física. Tener dolores de cabeza, un ataque al corazón, dolor de espalda o lo que sea, cada vez que uno de los cónyuges no actúa de la manera que quiere el otro. Será fácil manipularte así si le has enseñado a tu compañero o cónyuge que te portarás bien cuando él se enferma.
-El tratamiento silencioso. El no hablar y encerrarse deliberadamente son dos de las estrategias más eficientes que puede usar uno de los socios para maniobrar la conducta del otro.
-La rutina de las lágrimas. Lloras para conseguir que la otra persona se sienta culpable.
-La escena del abandono. El levantarse y partir es una buena manera de manipular al compañero para que asuma o abandone cierto tipo de comportamiento.
El recurso de “Tú no me quieres, o “Tú no me comprendes” para conseguir que se haga tu voluntad y mantener la dependencia dentro de la relación.
La treta del suicidio. “Si tú no haces lo que yo quiero, me mato,” o “Si me dejas, yo terminaré con todo”.
Todas las estrategias mencionadas más arriba son los métodos que sirven para mantener a la otra persona dentro del rol deseado en el matrimonio. Si uno de los cónyuges rehúsa dejarse manipular por ellas, el otro dejará de usarlas. Sólo cuando uno de los cónyuges reacciona de acuerdo a este tipo de tretas el otro se acostumbra a usarlas. Si respondes con las actitudes sumisas esperadas, le enseñas al otro lo que tolerarás.
Si te maltratan es porque has estado emitiendo señales de: por favor maltrátame. Tú puedes aprender a enseñarle a los otros a tratarte de la manera que te gusta que te traten, como hubieras querido que te hubieran tratado hasta ahora. Pero puedes lograr el cambio ya sea en el trabajo, en la familia, en un restaurante, en el autobús, en cualquier lugar en que te traten con desconsideración. En vez de decir: “¿ Por qué no me tratas mejor?”, empieza a decir: “¿ Qué es lo que estoy haciendo para que los demás me traten de esta manera?”. Pon el enfoque en ti mismo y empieza a cambiar esas reacciones.
ALGUNOS DE LOS COMPORTAMIENTOS DE DEPENDENCIA MAS COMUNES Y ALGUNOS COMPORTAMIENTOS QUE ALIENTAN LA DEPENDENCIA
-Sentirse incapaz de abandonar el nido o abandonarlo con sentimientos de culpabilidad por los dos lados.
-Sentirse obligado a visitar a alguien, a telefonear, invitar, a hacer de chófer y cosas por el estilo.
-Pedirle permiso al cónyuge para cualquier cosa, incluso para gastar dinero, para hablar o para usar el coche.
-Indiscreciones que son como invasiones a la intimidad de los demás, como por ejemplo revisar los cajones de los niños o sus cartas o cuadernos secretos.
-Frases como: “Yo no podría decirle lo que siento a él no le gustaría”.
– Quedarse inmovilizado o tener una depresión después de la muerte de un ser amado.
-Sentirte atado a algún trabajo especial y no atreverte a trabajar por tu cuenta.
– Tener ideas preconcebidas respecto de lo que debe ser el comportamiento de un padre, esposo o hijo.
-Sentirse incómodo por la conducta de un cónyuge, o un padre o un hijo, como si lo que ellos son fuese parte de lo que tú eres.
-Pasarte la vida entrenándote, es decir preparándote para algún trabajo o un puesto. Sin dejar jamás la fase de entrenamiento por una de confianza en ti mismo.
-Molestarse, sentirse dolido, por lo que los otros digan, piensen o hagan.
-Poderte sentir feliz o realizado sólo si tu compañero se siente de la misma manera.
-Dejar que los demás te den órdenes.
-Dejar que otros tomen decisiones por ti o pedir siempre consejo antes de tomar una decisión.
-“Estás en deuda conmigo, mira lo que hice yo por ti.” Las obligaciones que van con la dependencia.
-No hacer algo delante de los padres o de la persona dominante porque no estarían de acuerdo o porque no les gustaría. No fumar, o beber, o decir malas palabras, o comer un helado de chocolate, o lo que sea, por cumplir con tu rol de sometimiento y sumisión.
-Abandonarte completamente, sin importarte tu vida, cuando algún ser amado muere o se enferma gravemente.
-Tener cuidado con el lenguaje que se usa ante una persona dominante, para no molestarla.
-Mentir constantemente respecto a tu propio comportamiento, y tener que tergiversar la verdad para no perturbarlos a “ellos”.