Hay veces en las que la monotonía, la rutina, el cansancio y el hastío de ver que el esfuerzo no da muchos frutos, desgastan a cualquiera y nos hacen tropezar en el desánimo, la
procrastinación y otras trampas en las que es más fácil caer que salir de ellas.
Para estas situaciones en las que
necesitamos un impulso que nos haga salir del hoyo no nos viene mal contar con un repertorio de trucos (o llamémoslos estrategias) que nos movilicen y nos recarguen las baterías. Eso es: ¡las ganas de seguir luchando!
Veamos algunos de estos truquillos, que nos vendrán bien tanto en el trabajo como en algún que otro propósito personal…
1. Usar el espíritu competitivoComparar los progresos o el rendimiento con el de otra persona que esté haciendo lo mismo es algo que motiva a muchas personas. Personalmente lo descarto, porque a mí me parece que cada uno tenemos nuestro ritmo y no me motiva terminar o avanzar más rápido que alguien, pero si a ti te funciona…
2. Decirte a ti mismo: “¡Voy a hacerlo!”Así, con determinación. No vale: “
Lo voy a intentar… Puede que lo haga… Probaré a ver qué tal…” No, no…
¡Voy a hacerlo! ¡Lo conseguiré!3. Fijarte un tiempo e intentar batirloOsea, competir contra uno mismo y sus propias limitaciones. Si de lo que se trata es de hacer que el día rinda para que tengan cabida todos los menesteres previstos, este truco es bastante útil, porque te obliga a estar más concentrado en la tarea en cuestión a fin de terminarla antes.
4. Escucha la música apropiadaMúsica rápida para limpiar a toda velocidad, por ejemplo, o música que incite a la concentración si se trata de un esfuerzo mental. Sí, la música puede darte un empujoncito y hacer que el trabajo sea más ameno.
5. Comunica tu propósito a otras personasEsa sensación de que hay alguien pendiente de si consigues, por ejemplo, dejar de fumar, adelgazar, terminar un cursillo… o lo que sea, puede ser el estímulo que necesitas para seguir adelante.
Lo mejor es contar con el apoyo de esas personas cercanas que quieren lo mejor para ti. Venga. Dales una alegría y sigue andando…
6. Prémiate a ti mismoConseguir un objetivo ya es un premio en sí, pero mereces que haya pequeñas recompensas a lo largo del camino. Si ésas no se dan por sí solas, dátelas tú. ¿Y por qué no?
Ten pequeños detalles contigo. Mímate, por ejemplo, yendo al cine o con tu trozo de queso preferido. ¿Qué sé yo? Seguro que das con un pequeño homenaje por haberte esforzado. ¡Claro que te lo mereces!
Este artículo está basado en: “
Six Ways to Trick Yourself into Working Harder“, de Ali Luke. Buenas ideas las de esta escritora, sin duda. A ver si les sacamos provecho.
Aquí tienes
más técnicas para automotivarse por si las necesitas en este momento. ¡Ah! Y sobre todo ten presente que a veces lo más difícil es empezar. Una vez que entras en faena, el trabajo suele ser más ligero. Así es que no lo pienses y… ¡adelante!
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