También podría decirse al contrario: luchar es vivir, porque una vez que dejamos la lucha, poco nos queda por hacer en este mundo.
Por nuestras necesidades básicas, por hacer que aquellos que amamos estén bien (en lo que de nosotros dependa), por superarnos y, algunas almas grandes, por dejar algo bueno de sí en este mundo.
Por el simple hecho de haber nacido, nos veremos envueltos en una larga lucha, que durará hasta que se baje el telón. Esquivaremos algunas peleas; a veces, algún enemigo se ensañará con nosotros; habrá ocasiones en las que salgamos victoriosos… Así, durante todos y cada uno de nuestros días.
Claro que puedes cansarte, si llevas largos años en la lucha… Respira, llénate de energía y sigue. Dos de los mayores enemigos en esta vida son el cansancio y el desánimo.
¿Por qué seguir adelante?
Porque no luchas sólo por ti. Si te hundes, no te hundes solo, aunque a ti te lo parezca. Del mismo modo que ganando batallas beneficias a otras personas. Todos estamos juntos en esto.
http://tusbuenosmomentos.com/