Siempre he querido creer en esa idea, pero, por más que lo intentaba, aquello en lo que yo creía, no resultaba por materializarse.
Entonces, en un sueño, hallé la respuesta: no es sólo aquello que piensas o crees con tu mente consciente, sino aquello que existe en ese noventa por ciento de ti que se esconde bajo la superficie de tu ser, es decir, en tu subconsciente.
Así, aun cuando en mi parte consciente diga, por ejemplo: “Soy una mujer bella y hermosa y merezco respeto”, quizá exista una parte en mí marcada por experiencias pasadas que han grabado en mi diseño interior una afirmación enteramente opuesta… Así, aun cuando yo me esfuerce en repetirme conscientemente lo primero, la realidad física no me devolverá ese espejo, sino que, reflejará aquello que en el fondo de mi ser estoy realmente pensando.
Por eso, a día de hoy estoy plenamente convencida de que la frase “CREAS LO QUE CREES” tiene sentido y es enteramente cierta…el truco está entonces en saber primeramente QUÉ CREES, es decir, cuales son esas creencias inconscientes que te conforman, que diseñan y componen tu puzzle interno.
Si yo deseo vivir en abundancia, por ejemplo, y creo que merezco un trabajo feliz, que sea la máxima expresión de mi ser, pero me veo obligada a realizar un trabajo que no me gusta a cambio de dinero, tendré que bucear en mí e indagar qué creencia en realidad estoy sosteniendo:
Realmente creo que tengo derecho a disfrutar plenamente de mi trabajo? Considero que puedo y debo vivir de mi pasión? Entiendo que soy merecedora de aplauso dedicándome a aquello que llena mi alma? O, por el contrario, afirmo tímida e inconscientemente, que debo seguir trabajando muchas horas y sin placer alguno a fin de ser merecedora de un salario? Entiendo que la única forma de vivir es sacrificando mi verdad, mi pasión, mi esencia?
No es nada fácil desenmascarar a estos ladrones del tiempo, a estos ingratos compañeros de viaje que trampean con nosotros una y otra vez...pero, como en todo trabajo de auto-conocimiento, tan sólo es necesario disponer de valor, ganas y esfuerzo y acabarás por descubrirlos…Una vez ahí, frente a frente, cuestiónate quién y cuándo los ha instaurado allí y permítete sentir su efecto en ti, comprueba si vibra contigo o si, por el contrario, su compañía ya no te aporta, ya no es gratificante, ya no te sirve, decídete a vivir bajo otra nueva creencia, más sanadora, más enriquecedora y, después….después, tan sólo prepárate a vivir desde la nueva consciencia...
Recuerda que para acabar con la oscuridad tan sólo es preciso prender una luz.
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