Es natural que hoy estés anhelando algo, que estés pretendiendo superar o alcanzar algo. Ese deseo es natural porque estás en un estado de evolución. Ese anhelo es una evidencia de que estás vivo y de que estás escuchando tu voz interior.
Cuando una persona alcanza su mayor sabiduría, ya no espera nada, simplemente fluye con la vida, comprende que lo tiene todo, que ya está completo, que ya no requiere algo para sentirse pleno. Sin embargo, mientras alcanzamos ese estado elevado de consciencia, estaremos anhelando completarnos y sentirnos satisfechos.
El deseo nos impulsa a buscar y la búsqueda nos llevará a esa gran conclusión final, de que ya somos todo y que nada necesitamos. Allí es cuando la búsqueda termina. Mientras tanto, seguirás anhelando llegar, seguirás imaginando alcanzar ciertas cosas, ciertas metas, ciertas condiciones que te hagan experimentar esa plenitud.
Este empeño de alcanzar algo puede convertirse en una trampa para ti. Porque al desear obtener un estado de satisfacción interior por medio de algo que consigues en tu exterior, tu búsqueda puede convertirse en algo eterno y frustrante.
El mayor descubrimiento que puedes hacer en esta experiencia de vida, es darte cuenta de que antes de conseguir aquello que anhelas en tu exterior para ganar la satisfacción interior que esperas, primero tendrás que sentir esa condición dentro de ti para que ésta se manifieste en tu vida.
Por eso se nos hace tan difícil llegar a donde queremos llegar. Buscamos en el lugar equivocado. Buscamos tener algo para sentirnos plenos.
Que tengas esa hambre de conseguir algo está perfecto, porque esa es la forma de seguir en su búsqueda. Algo que te puede ayudar mucho es identificar para qué quieres obtener ese algo. Puedes preguntarte qué estado interior quieres alcanzar con ese objetivo que persigues.
Cuando alguien se conforma, se resigna a su condición o cuando ya no espera nada de la vida, se encuentra en un estado antinatural, se encuentra enfermo del alma, se encuentra confundido en niveles muy profundos. No es lo mismo sentir la dicha de saberse completo a conformarse o resignarse. Al sentirnos completos estamos dichosos y tenemos muy buena salud. Cuando nos conformamos sufrimos de envidia, amargura y nos enfermamos.
Tenemos esta vida como una gran oportunidad para hacer grandes descubrimientos y uno de los mas grandes que puedes llegar a encontrar, es darte cuenta de que todo lo que anhelas ya está dentro de ti. Ese es el tesoro escondido.
Entonces, si estás esperando alcanzar algo desesperadamente, te invito a confiar, a descansar y a comprender que no hay mucho por qué preocuparse. Si bien es cierto, que a veces lo pasamos un poco mal, nos angustiamos y nos preocupamos, el solo hecho de estar conscientes de que nada nos falta por alcanzar, ya es un gran alivio.
Esa paz interior nos ayuda a llegar a donde queremos llegar con más rapidez y más facilidad.
Patricia González