Si crees que debes esperar a que las cosas marchen como esperas para sentirte bien, para ser feliz y para agradecer, lamento desilusionarte, pero no es así como funciona. ¿Qué tal si pruebas justo al revés? ¿Qué tal si empiezas agradeciendo todas las cosas por las cuales deberías estar agradeciendo cada instante de tu vida? ¿Qué tal si, al hacerlo, sientes la sonrisa que casi sin querer, se insinúa en tu mirada? ¿Y qué tal si; súbitamente, habiendo agradecido y siendo consciente de tu incipiente alegría, empiezas a sentirte mejor? Haz la prueba. Ahora mismo. Agradece. Sonríe. Siente. Reemplaza el círculo vicioso por el virtuoso. Reemplaza al “caricúlico empedernido” para el que todo está mal, por el “ingenuo soñador” para quien todo está bien, a pesar de todo. Porque… sabes qué? incluso aunque no te lo creas, lo está!
Gabriel Sandler