por Gillian MacBeth-Louthan
Una y otra vez, vida tras vida, ustedes han vivido, han muerto y han vuelto a nacer. En esta vida sola han nacido y muerto cien veces ya y habrá mil más por delante. Nivel a nivel, semana a semana, ustedes dan a luz otro nivel suyo, otro matiz que no se conoce y no se ha visto, otra posibilidad, otra percepción. Cada noche, mientras duermen, tienen la opción de dejar ir lo que los hirió, lo que amortiguó su luz, lo que se posó en su corazón, y volar a las estrellas y bailar en el cielo y renacer nuevos en el amanecer.
Los seres humanos son la única especie en esta parte de la galaxia que tiene la capacidad de morir cien muertes y nacer cien veces un el lapso de una vida. Ustedes son aspectos reencarnados del yo original, de su ser original a partir de este nacimiento humano. Parece como si las semanas fuesen años y los años fuesen semanas, y los días largos y las noches cortas, y el sol brillase más y las aguas corriesen más azules. Todo esto se debe a que ustedes lo perciben así. Hay muchos cuyas percepciones son sombrías y mustias y solo ven aguas cenagosas y desechos tóxicos en la orilla. Ellos ven el estanque residual de egoísmo en el que la especie humana se está ahogando. No ven el corazón del día o el alma de la noche; son ciegos a lo bueno inherente en cada situación. Ellos se abaten a medida que las lecciones se vuelven más y más crueles. Ellos achican sus horizontes a medida que su vista panorámica se reduce al tamaño de una sola molécula.
No permitan que lo ilusorio y la reducción de la percepción de otro enturbie la alegría de su propio corazón porque encontrarán lo que buscan, y vendrá lo que ansían para ustedes, y verán lo que no se conoce. Porque el camino que se han forjado es ancho. Eleven su ser mientras ven el conflicto por encima desde un punto de vista elevado en el acantilado de la divinidad. Porque de ustedes depende, queridos, elevarse siempre por encima de la confusión, por encima del dolor, por encima de la tristeza y la ilusión. Porque ustedes contienen la promesa de arco iris del futuro en su interior. Ustedes contienen la esperanza de todos aquellos que duermen con miedo y confundidos. Ustedes contienen la promesa de que este mundo no será destruido otra vez, la promesa de que el Ser Crístico regresará, la promesa de que los Maestros de Luz y que ustedes y su familia estelar algún día se mirarán a los ojos. La promesa de que no hay nada en la Tierra que no los ame.
La oscuridad levanta su cabeza como un dragón adormilado tratando de inducirlos a volverse miedosos, llenos de ansiedad. Cada día se predica el pesimismo. Deben creer, queridos, que todo está bien. Deben mantener la promesa sagrada sujetada con firmeza en su corazón.