Parece que lo tienes todo junto. Uno siempre está sonriendo en las fotos que cuelgas en las redes sociales. Esas fotos se ven como si estuvieras pasando el mejor momento de tu vida, pero dentro de tu cabeza hay otra película ocurriendo.
Sabes que eres una persona decente, pero siempre hay voces que nos deprimen. Esas voces (ya sea una voz interior o una voz externa) nos hacen interrogar si somos lo suficientemente buenos, lo suficientemente preparados, lo suficiente correctos, o si estamos preparados para el desafío.
Sólo tienes que aprender a cavar a través del tacho de la basura de tu mente y ver lo grande que eres en realidad, para que pueda empezar a vivir una vida más feliz. Es decir, debes reconciliarte contigo mismo.
Reconcíliate con tus pensamientos
Si quieres cambiar tu vida, lo primero que debes cambiar es la relación que tienes con tus pensamientos. No importa qué tan exitoso, confiado y seguro de sí mismo parezca alguien; puedes estar seguro de que dentro de cada persona hay una voz llena de dudas. Lo que más importa es cómo te relacionas con esos pensamientos. Sólo porque en nuestra cabeza haya pensamientos de dudas, inseguridad, o arrepentimiento no significa que tengamos que aceptarlos.
■Di tus pensamientos en voz alta. Ya sea para ti mismo o para un amigo de confianza, la liberación de esos pensamientos te eximirá de la prisión de tu mente. Es entonces cuando un cambio positivo va a suceder.
■Enfréntate a tus defectos. Por extraño que parezca, la negación es una desagradable destructor autoestima. Admitiendo sus verdades le libera. Es el primer paso hacia la felicidad.
■No hay tal cosa como la perfección. Todo el mundo es imperfecto. Es lo que nos hace humanos. Es un lazo común que compartimos. Lo que importa es cómo manejamos nuestras imperfecciones. ¿Tus imperfecciones te persiguen todo el día? ¿O intentas olvidarte de ellos y hacer que desaparezcan? Las personas exitosas reconocen sus defectos, los mejoran, y se mueven más allá de ellos. Esa es una gran alternativa para reconciliarte contigo mismo.
■Los defectos no admitidos nos angustian. Si quieres ser verdaderamente feliz, tienes que ser lo suficientemente valiente como para saber lo que necesitas para mejorar. Tal vez necesites dejar de postergar las cosas, ser menos egoísta, o controlar tu temperamento; una vez que admites estos defectos, puedes cambiarlos. Si permaneces en estado constante de negación, tus hábitos nocivos continuarán haciéndote daño.
■Aprendamos a perdonarnos. Siempre sucederá que te equivoques, cometerás un error, o dirás algo equivocado, eso no está mal. Somos imperfectos y humanos, al igual que el resto de nosotros. No es el error quien nos mata sino dejar que esa idea de fracaso se pudra en el interior de nuestra cabeza. Debemos aprender de nuestros errores y, después, dejarlos ir.
■La espiritualidad ayuda. Cuando los tiempos son difíciles (e incluso en los buenos tiempos) un fundamento espiritual puede llegar a salvarnos. Sabiendo que hay algo en el Universo que está dirigiendo nuestro camino, guiándonos, para probarnos, y que con eso nos están ayudando a ser mejores persona, puede ser una gran fuente de inspiración, esperanza y fuerza.
■Estar dispuesto a cambiar. Quejándose de lo mal que están las cosas no mejoran las cosas. Hablar de cambio y hacer un cambio no son lo mismo.Es tan fácil decir “No me gusta mi vida tal como es, todo es un desastre.” Pero si quieres que tu vida sea mejor, tienes que estar dispuesto a hacer un cambio, y luego tomar medidas para que eso suceda.
El logro de la felicidad es una paradoja de la vida. Primero tienes que ver tus defectos antes de que puedas ver tu bondad.
Es una elección que tiene que hacerse. No es sólo decir que uno quiere, y así recibiremos. No hay efectos especiales, no hay varitas mágicas. Tú decides.
http://www.inspirulina.com/has-aprendido-a-reconciliarte-contigo-mismo.html