"Las virtudes que somos capaces de manifestar en nuestra vida, no
son nuestra obra, no somos nosotros quienes las creamos. Estas
virtudes vienen de muy lejos, de muy alto, y nosotros somos sólo
los transmisores, los conductores de las entidades divinas en
quienes se han encarnado.
¿Habéis actuado con bondad y generosidad? Ello significa que
las entidades del amor os han escogido como mensajero, porque
habéis trabajado para adquirir esas cualidades y porque poseéis
los elementos necesarios, el estado conveniente para asegurar su
transmisión. Otra persona puede haberse preparado para
convertirse en un mensajero de la sabiduría; habrán sido pues
otras entidades las que se manifiestan a través de ella para
difundir la luz. Y lo mismo ocurre con la valentía, la pureza,
la belleza, todas las otras virtudes… La naturaleza es fiel y
verídica; determina y clasifica cada ser según su trabajo, su
ideal, y cada uno se convierte de esta forma en un médium para
las entidades que sus aspiraciones han conseguido atraer."
Omraam Mikhaël Aïvanhov