Las diferencias entre tú y tu pareja pueden ser una gran oportunidad
Tarde o temprano nos pasa: llega el momento en el cual nos hacemos “la pregunta” y ¡claro!, tenemos que saber “la respuesta”. ¿Por qué? ¡si todo era perfecto! no te complicabas con tal cuestionamiento. ¡Todo era felicidad!, ya fuera amor o amistad, no tenías esa necesidad por saber el futuro de tu relación, ni atribuirle un calificativo más.
Hasta este día hubieras podido seguir perfectamente tal y como estabas ¡ah no! pero tú quieres saber si esa persona es la indicada para ti; si es quien necesitas en tu vida; si te conviene: ¿vale la pena? Como diría un economista: quieres saber si la inversión tendrá los mejores rendimientos del mercado y, sobretodo, a largo plazo
En una cultura en la que constantemente se busca la personalización, los productos hechos “a la medida” en donde todo, o casi todo, viene en distintas presentaciones – claramente en algunas hasta una fecha de vigencia es perfectamente legible – hay quienes esperan encontrar a su “media naranja” de la misma forma, suponiendo que alguien tarde o temprano se ajustará a una personalidad, a ese personaje que de nosotros mismos hemos creado.
Nuestro entorno nos educa de la forma en cómo debemos conducir nuestra vida y, llegada la hora, qué tipo específico de persona es, dentro de las múltiples posibilidades que existen, justo la indicada. ¡Y claro! tenemos toda una serie de características de ese “ideal”. Habemos quienes hacemos más caso de ello y hay quienes si saben lo que necesitan en alguien y en una relación (no han visto tanta televisión).
Cuántas veces hemos escuchado o vivido las historias de cuentos de hadas en los que “eres la mujer (o el hombre) de mis sueños” era la frase más que recurrente; y que, inexplicablemente, culmina como en una película hollywoodense de verano: el final fue lo que dio al traste con todo. Por supuesto que existe el caso contrario, en el que de repente la atracción está al máximo por alguien con quien no tenemos nada en común, a excepción de ir a misa sin falta todos los domingos.
Que práctico sería si pudiéramos tener a nuestro alcance un método infalible, una manera de detectar de entre toda la gente con la que nos relacionamos, a la persona con quien la probabilidad de tener una relación ideal es más que alta; una relación eterna y satisfactoria, llena de amor y entendimiento, comprensión y respeto.
Eso sería muy bueno para nosotros y también para las personas que nos rodean; para todo lo que afectamos de manera directa o indirecta. Estar en una relación de la que no tenemos duda alguna en su futuro inmediato; en la que no cuestionamos de manera enfermiza y que no provoca arranques de celos.
Cabe hacerse la pregunta: ¿en cuántas relaciones de pareja, matrimonios y hogares, al final del día, la risa y la alegría inclinan siempre la balanza?
Es posible que estemos tomando a la ligera una decisión tan importante como lo es la elección de pareja y no nos estemos preparando para el momento en que la soltería sea solo un recuerdo en nuestra mente.
Y bien… ¿cuáles son las opciones?
En el libro “The love compatibility book” Edward Hoffman y Marcella Bakur Weiner ofrecen un listado de las características que determinan el éxito y duración de una relación; se trata de doce rasgos de nuestra personalidad que nos ayudan en la búsqueda de nuestra pareja.
Estas características son:
1. Necesidad por tener compañía
2. Idealismo
3. Intensidad emocional
4. Espontaneidad
5. Libido
6. Necesidad por cuidar/ ser cuidado
7. Materialismo
8. Extroversión
9. Gusto por las artes
10. Nivel de actividad
11. Bienestar subjetivo
12. Intelectualismo
Según Hoffman y Weiner, saber el grado en el que cada uno de estos rasgos están presentes en nuestra vida nos da una idea de lo que necesitamos de nuestra pareja; por ejemplo: si nuestra necesidad de compañía es alta, significa que constantemente necesitamos de interacción, que tenemos tal vez un gusto por platicar y escuchar, por la cercanía emocional, etc… Obviamente si estamos en una relación con alguien que es todo lo contrario, se creará conflicto, ya que una de nuestras necesidades básicas no está siendo satisfechas… Tal vez al inicio detalles como este pasen desapercibidos pero, a largo plazo, es lo que puede bien fortalecer esa relación o terminar por romperla.
Hoffman y Weiner encontraron también 4 características que definen estereotipos pero que no son determinantes en el éxito de una relación: edad, características físicas, nacionalidad y roles tradicionales de hombres y mujeres.
Paul D. Tieger y Barbara Barron Tieger exponen en su libro “Just your type” un método el cual han desarrollado después de tratar a cientos de parejas, con su experiencia en el campo de el estudio de los tipos de personalidad humana y basado en el Indicador de Tipo de Personalidad Myers-Briggs (MBTI), un método para hacer un “inventario” psicológico, aplicado por ejemplo, por las compañías en el selecto grupo de Fortune 500 para mejorar la comunicación interpersonal entre sus empleados.
El Método de los Tieger, en pocas palabras, es una manera para entender el comportamiento humano: existen 16 tipos de personalidad, cada uno con sus fortalezas y potenciales debilidades. Identificar nuestro tipo de personalidad y el de nuestra pareja (o potencial pareja sentimental), según los Tieger, puede garantizar el éxito de la relación.
Guías como ésta y muchas otras están a nuestro alcance y vale la pena considerar el hecho de que, el éxito o fracaso en nuestras relaciones bien puede estar siendo definido por el grado de conocimiento que tenemos de nosotros mismos… Algo es seguro: debemos convencernos del hecho de que somos personas completas y de que nadie va a llegar a “arreglarnos” o “cambiarnos” para llenar algún vacío que creemos tener, es solo cuestión de identificar qué es eso que nos define y cuáles son nuestras necesidades.
Los Tieger hacen una gran observación en su libro: por distintas que sean las personalidades, cualquier relación puede funcionar si ambas partes tienen la madurez necesaria para hacer de ese elusivo pero omnipresente sentimiento la razón por la cual las diferencias entre ambos no sean un “pero” sino la gran oportunidad para el crecimiento personal.
http://www.relacionespersonales.info/es-la-persona-indicada-para-ti/